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Preocupa lenta recuperación de las taguas en el Santuario Carlos Anwandter

MEDIOAMBIENTE. Antes de 2004 vivían en el sitio protegido unas 9 mil aves pertenecientes a esta especie. Según el último censo publicado por Conaf, en marzo de este año fueron avistadas 663.
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Claudia Muñoz David

Los cisnes de cuello negro han sido el símbolo del Humedal del Río Cruces desde 2004. Ese año sus aguas fueron contaminadas, lo que alteró el equilibrio ecosistémico del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter y produjo un deterioro en las condiciones de vida del humedal. De un promedio de 5 mil cisnes, el número de aves bajó drásticamente, llegando incluso a ser contabilizadas 379 en el año 2009. Hoy, 13 años después de ese desastre ambiental, esta especie se ha recuperado.

Según el último monitoreo publicado por la Corporación Nacional Forestal, Conaf, en marzo de 2017 fueron vistas 8 mil 431 aves dentro del santuario y mil 332 en las áreas aledañas al sitio Ramsar. En total, unos 9 mil 763 cisnes de cuello negro.

El administrador del Santuario de la Naturaleza Río Cruces y Chorocamayo, sitio Ramsar Carlos Anwandter, Mario Maturana, destacó que "el santuario se encuentra en proceso de recuperación y el aumento del número de cisnes es un signo de eso, pero hay que seguir observándolo durante varios años más para ver si esto es una tendencia que se mantiene en el tiempo".

Sin embargo, la escasez de luchecillo generado por la contaminación de 2004 no solo afectó al cisne, también a otras especies de aves herbívoras, como la tagua. Esta última especie no se ha recuperado.

"En el año 2004 teníamos sobre 9 mil ejemplares en condiciones normales. Luego del desastre ambiental bajaron a un número inferior a 200. Por ejemplo, en junio de 2006 llegamos a tener 124 ejemplares, un número muy crítico. Los valores que tenemos actualmente van lentos todavía. Eso sí nos tiene preocupados", explicó Maturana. En el monitoreo de marzo de 2017 el número de taguas vistas en el santuario fue de 663 ejemplares. En febrero habían sido contabilizados 173 y en marzo de 2016, unos 490. "¿Por qué ocurre eso? Es algo que tenemos que investigar. No solo tenemos que monitorear el comportamiento de los cisnes o de las aves, también otras poblaciones como los coipos, animal herbívoro que se alimenta de pajonales y cuya población también ha bajado, o el huillín", planteó.

El académico del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad Austral de Chile, Eduardo Jaramillo, indicó que "nunca fueron encontradas taguas muertas y tampoco las vimos migrar. Tal vez se fueron de noche. A diferencia del cisne -que es una especie confiada- cuesta mucho acercarse a las taguas. No recuerdo si en el año 2004 había visones en el humedal, pero con el paso de los años comenzaron a aumentar. Podría ser, quizás, que la tagua no ha vuelto porque hay visones que la espantan. Eso no se ha probado. Otra explicación no se me ocurre, porque el humedal está lleno de luchecillo, que es su alimento".

Para el académico es difícil que esta pregunta tenga una buena respuesta, porque faltan los datos suficientes. "No sabemos qué ha ocurrido en otros humedales de la zona. No conocemos cuántas taguas había antes en el humedal de Trumao o cuántos cisnes tenía el lago Lanalhue. Por lo tanto, no podemos comparar ni evaluar cuántos migraron y hasta dónde lo hicieron", dijo.

las amenazas

El santuario se encuentra en observación. En especial porque con el paso de los años se han incorporado una serie de amenazas que pueden generar cambios en este sitio protegido que aún se encuentra vulnerable. El investigador Eduardo Jaramillo indicó que para quienes viven cerca del humedal la empresa Arauco continúa siendo una de esas amenazas. "Siempre puede ocurrir un accidente en una tremenda instalación como esa", dijo.

Pero se han sumado nuevas. "El visón es una amenaza porque puede comer los huevos de las aves que anidan en las orillas o, simplemente, puede asustarlas", agregó.

También nombró la intervención de las riberas generada por actividad inmobiliaria mal ejecutada. "El problema no ocurre cuando se construye una parcela, sino que cuando se genera la eliminación de parte de las riberas para hacer muelles. Esto daña las zonas de nidificación, las plantas acuáticas y peses nativos. Eso es lo peligroso", dijo. El académico aconsejó que antes de hacer cualquier proyecto sea generada una línea base con el objetivo de conocer qué características tiene el lugar en cuánto a su flora, su fauna y a sus sitios de nidificación y alimentación de aves. "Eso es lo que se pide para cualquier proyecto grande de inversión", explicó.

Indicó que es necesario tener cuidado con aquellos proyectos que pueden modificar el fondo del humedal. "Es muy importante porque ahí viven invertebrados acuáticos que son alimento de peces como los puyes. Muchos de esos peces chicos son alimento de, por ejemplo, las garzas o el huillín. Si generas un cambio puedes producir efectos en cascada hacia los eslabones tróficos más altos", dijo.

Actualmente dentro del humedal, además, fue instalado un GPS con el objetivo de medir la variabilidad del fondo. Tras dos años de datos los científicos han podido observar que el suelo se mueve estacionalmente. Sin embargo, se trata de una investigación en curso.

Plan de manejo

El administrador del Santuario de la Naturaleza, Mario Maturana, indicó que en estos momentos está en proceso de elaboración el primer plan de manejo del santuario. "Esto es sumamente importante porque vamos a poder tener un instrumento de gestión. El plan establecerá zonificaciones, reglamentaciones de uso, programas de educación ambiental y monitoreo. Estamos haciendo un gran esfuerzo para contar con reglas claras, que todos conozcamos. Todos los parques y reservas nacionales cuentan con uno", dijo.

La elaboración del plan comenzó en noviembre de 2016 . Han sido identificados objetos de conservación. El plan debería estar listo en marzo de 2018.

Se han realizado talleres de información para la Comunidad Humedal, servicios públicos, vecinos y académicos.

El Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter se originó como consecuencia del terremoto de 1960, el que provocó la inundación de las zonas aledañas al río Cruces. El 3 de junio de 1981 fue declarado como santuario, pasando a ser parte del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado. Ese mismo año ingresó a la Lista de Humedales de Importancia Internacional de la Convención de Ramsar.

Cuenta pública del humedal

Este año fue celebrado el aniversario número 36 del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter. Conaf entregó una cuenta pública en la que Vicente Rodríguez, jefe de Conaf provincia de Valdivia destacó: "Dimos cuenta de los principales hitos en la historia del área protegida y de la gestión de este período que se traduce, por ejemplo, en los más de 3 mil kilómetros de patrullajes con nuestros guardaparques, los permanentes monitoreos de avifauna, el aumento en la fiscalización y especialmente el inicio de la elaboración del plan de manejo". El 29 de julio se realizará la segunda Feria Ramsar en el sector de Pelchuquín, donde se llevarán a cabo actividades recreativas.

Historia

Problema ambiental

Los principales cambios que se registraron en el santuario durante el año 2004 fueron la baja en la abundancia poblacional de los cisnes, taguas y tagüitas; la desaparición del luchechillo y el aumento de los sólidos suspendidos en sus aguas.

Aumento del luchecillo

A partir del año 2012 la distribución espacial del luchecillo comenzó a aumentar. Hoy esta planta acuática -alimento de aves herbívoras- se encuentra en todo el humedal.

Abundacia de los cisnes

A partir del año 2012 la cantidad de cisnes de cuello negro también comenzó a aumentar.

Calidad del agua

La transparencia del agua aumentó y la cantidad de sólidos suspendidos en él disminuyó. Los sólidos son sedimentos finos.

Tagüita

Antes de 2004 en el santuario se contabilizaban unas 30 tagüitas, actualmente no se registran avistamientos.

1960 fue el año en el que se originó el Santuario, como consecuencia del terremoto de Valdivia. Este sismo provocó la inundación de las zonas aledañas al río Cruces.

1981 el humedal fue declarado Santuario de la Naturaleza, pasando a ser parte del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado. Ese mismo año se convierte en sitio Ramsar.

4.877 hectáreas posee el santuario. Tiene unos 25 kilómetros de largo y un ancho promedio de 2 kilómetros. Limita con la Isla Teja y el Castillo San Luis de Alba de Cruces.

Año

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

Promedio

5.637

4.767

5.777

5.724

5.091

553

559

520

593

379

511

445

1.327

1.786

3.075

3.339

5.568

7.213

Especie

Cisnes de cuello negro

Taguas

Huala

Picurio

Pimpollo

Garza boyera

Garza chica

Garza cuca

Garza grande

Cormorán yeco

Bandurria

Zarapito

Gaviota cáhuil

Gaviotín piquerito

Trile

Siete Colores

Pato anteojillo

Pato Jergón

Pato negro

Pato real

Febrero 2017

7.550

173

41

0

2

333

47

45

31

172

0

7

124

6

4

11

0

120

0

133

Marzo 2017

9.763

663

42

1

7

5

83

39

24

57

18

0

19

0

4

9

0

166

0

559

Marzo 2016

6.817

490

41

6

38

2

36

40

34

182

0

0

26

0

0

4

2

321

0

221