Apoyo para labor con menores
En la región hay más de 300 niños y niñas viviendo en hogares o bajo programas de protección del Sename. ¿Cuántos se han acercado como colaboradores; quienes se han convertido en familias guardadoras, o pensado en la adopción?
La Cámara de Diputados, rechazó el informe de la Comisión (II) Investigadora sobre el Servicio Nacional de Menores y los congresistas perdieron quizás la única opción real que ellos tenían para pedir que se efectuara cambios profundos en la cuestionada institución. Dos parlamentarios de Los Ríos (Flores y Jaramillo) votaron contra el informe, uno pareó su voto (Fuenzalida) y solamente uno lo hizo a favor (Berger) del documento, que incluía una acusación por "negligencia inexcusable" contra la ex ministra Javiera Blanco (DC).
Luego de esta situación, múltiples han sido las explicaciones que los legisladores de todo el país han entregado para justificar lo sucedido. La más recurrente, es que la comisión se habría centrado en un asunto político y no en una verdadera solución para el Sename.
El tema ha tomado el cariz de una polémica y mientras las declaraciones se multiplican, se han conocido otras informaciones sobre la continuidad de hechos graves vinculados a la entidad.
Este último punto es preocupante y debería invitar a la reflexión colectiva: ¿Qué hemos hecho, como sociedad, como familia, como personas, para ayudar a cambiar una realidad tan seria como la que ha quedado expuesta, luego del tratamiento mediático del problema; cuántos se han acercado como voluntarios o colaboradores a residencias de niños a ofrecer su tiempo o aportes materiales; quiénes se han decidido a convertirse en familias guardadoras, o pensado en la adopción?
En Los Ríos casi no existen denuncias por situaciones anómalas relacionadas con el Sename; pero sí hay más de 300 menores entre 0 y 18 años viviendo en hogares de protección. Se estima que cada uno pasará al menos tres años de su vida en instituciones de este tipo, antes de que algún familiar u otro adulto pueda hacerse responsable de su cuidado. Son lactantes, pequeños discapacitados, niños y niñas que llegan a sumar hasta seis órdenes de tribunales para ser separados de sus padres por negligencia, abuso o maltrato.
Ninguno de ellos entendería lo sucedido en el Congreso; pero sí requieren de manos solidarias que los ayuden hoy a mejorar la calidad de la vida que les ha tocado enfrentar. Y esta es la verdadera urgencia.