Aprendizaje permanente
Directora Académica UST
El concepto de "LifeLong Learning" también conocido como "Aprendizaje Permanente", se discute desde hace ya varias décadas, principalmente en las sociedades económicamente más avanzadas agrupadas en la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (Ocde). Esta organización, en conjunto con la Unesco, lo destacan como la puerta del siglo XXI, donde cualquier momento puede transformarse en una oportunidad para aprender y desarrollar las capacidades de un individuo, dejando así atrás definiciones que se refieren al aprendizaje como un proceso formal, limitado a una etapa específica de la vida.
Por lo tanto, para el "Aprendizaje permanente" o "Formación a lo largo de la vida", el capital humano constituye un elemento crucial para el desarrollo sostenible de un país o región. De hecho, durante los últimos 50 años la innovación, los constantes cambios del mundo actual y la incorporación de nuevas tecnologías han producido un profundo efecto en las necesidades y estilos de aprendizaje, donde nuestras interacciones diarias con los demás y con el mundo que nos rodea resultan fundamentales en la adquisición de conocimiento.
Esto conlleva importantes beneficios personales, sociales y profesionales, tales como aumento de la creatividad y la innovación, así como el fortalecimiento del espíritu emprendedor y una mayor empleabilidad.
Hacia allá apuntan algunas iniciativas como el Proyecto Tuning, el cual busca homogenizar la enseñanza superior de manera de asegurar un sistema educativo de calidad, que instruya competencias de nivel internacional, con criterios y estándares de medición que permitan una mayor movilidad, tanto de alumnos como de docentes.
En definitiva, resulta fundamental promover el concepto "LifeLong Learning", ya que un proceso continuo de aprendizaje nos permitirá vincularnos y adecuarnos con mayor fluidez a los nuevos desafíos que enfrentamos a diario como sociedad.
Katherine Hetz