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Seúl responde con ensayos militares en los que simula "destruir al liderazgo enemigo"

CONFLICTO. Cuatro cazas F-15K lanzaron un total de ocho bombas sobre un objetivo cercano a la frontera entre países. Desde Corea del Norte defendieron sus acciones.
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El Ejército de Corea del Sur realizó ayer ejercicios de bombardeos aéreos próximos a la frontera con Corea del Norte, en respuesta al nuevo lanzamiento de un misil por parte de Pyongyang, el cual, en la tarde del lunes, sobrevoló territorio japonés antes de caer en el Océano Pacífico.

En estos ensayos, cuatro cazas F-15K lanzaron ocho bombas sobre un objetivo situado cerca de la frontera desmilitarizada entre los países asiáticos. Según Yoon Young-chan, portavoz del Gobierno de Moon Jae-in, el objetivo era "mejorar las capacidades de destruir al liderazgo enemigo" y "mostrar una capacidad de castigar al norte".

"todo sobre la mesa"

Horas después de estos ejercicios, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condenó el actuar de Norcorea, señalando que "las acciones amenazantes y desestabilizadoras sólo aumentan el aislamiento del régimen de Corea del Norte en la región y entre todas las naciones del mundo. Todas las opciones están en la mesa".

A pesar de esto, el embajador norcoreano ante la Conferencia de Desarme, Han Tae-Song, defendió los ejercicios realizados por Pyongyang, afirmando que "tenemos razón de responder con contramedidas duras en el ejercicio de nuestro derecho a la defensa propia y EE.UU. será enteramente responsable de las consecuencias".

El diplomático afirmó que los ejercicios militares anuales que realizan actualmente Estados Unidos y Corea del Sur "son una preparación para la guerra y para un ataque preventivo contra mi país" y, en ese sentido, aseguró que el Gobierno de Kim Jong-un mantendrá su política de "disuasión nuclear para afrontar esta amenaza".

Tragedia en EE.UU: Trump llega a Texas y dice que "Harvey" alcanzó "proporciones épicas"

DRAMA. Ayer se batió el récord de agua caída en la historia de ese país, con más de 1.300 mm. Además un par de represas de 70 años de antigüedad que protegen el centro de Houston y un dique en una subdivisión suburbana comenzaron a desbordarse.
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Preocupado por las consecuencias del paso de "Harvey", Donald Trump llegó ayer a Texas para inspeccionar en terreno los daños que ha dejado el sistema tropical, que ayer desbordó dos represas en el centro de Houston y ha roto récords nacionales en cuanto a la cantidad de agua caída. "Esta es una tragedia de proporciones épicas", expresó el Presidente de Estados Unidos al reunirse con funcionarios locales.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo a los periodistas que viajaban con Trump que la visita del Mandatario busca coordinar las tareas de recuperación y rescate, así como allanar el camino para lo que seguramente será una extensa etapa de reconstrucción. Indicó que el Presidente está tratando que su visita no entorpezca las labores de rescate en curso.

"El Presidente quiere estar seguro de que ninguna de sus actividades perturbe los esfuerzos de recuperación que están en pleno desarrollo", aseguró la vocera del gobierno.

Trump, quien viajó con su esposa, Melania, y con asesores, a los que asignó un papel clave en la recuperación, fue recibido en el aeropuerto por el gobernador de Texas, Greg Abbott. "Esa será gran parte de la misión, la coordinación entre funcionarios locales, estatales y federales y la preparación de las tareas de reconstrucción", dijo Sanders.

Trump prometió que el Congreso actuará rápidamente para aprobar un paquete de asistencia a la región del Golfo de México. Además, añadió que posiblemente regresará a Texas pronto y que incluso podría pasar por Luisina el fin de semana.

Represas y récords

Un par de represas de 70 años de antigüedad que protegen el centro de Houston y un dique en una subdivisión suburbana comenzaron a desbordarse ayer. Esto se suma a las crecientes inundaciones a raíz del paso de "Harvey", las que han paralizado la zona después de cinco días consecutivos de lluvia. La tragedia constituye un nuevo récord para Estados Unidos en cuanto a la caída de agua por un sistema tropical.

Las autoridades del condado de Brazoria publicaron un mensaje en Twitter advirtiendo que el dique ubicado en el sector de los Columbia Lakes, al sur de Houston, había sobrepasado su capacidad y dieron la orden de evacuar el lugar. El juez del condado, Matt Sebesta, dijo que los residentes fueron advertidos de que el dique sería superado en algún momento y una orden de evacuación obligatoria fue dada el domingo. Los ingenieros comenzaron a liberar agua de los embalses de Addicks y Barker el lunes para aliviar la presión sobre las represas. Pero estas acciones no fueron suficientes para aliviar la presión. La liberación del agua significa que más casas y calles quedarán inundadas, situación que para algunas viviendas podría extenderse por más de un mes. Con respecto al récord, durante la tarde de ayer se registraron más de 1.317 milímetros de agua caída en Houston, lo que superó la marca anterior de 1.219, que databa de 1978. Como referencia, en el último gran temporal que afectó al sur de Chile cayeron unos 270 milímetros en Curanilahue, una de las zonas más afectadas.

milímetros de agua precipitada se registró ayer en Houston, lo que representa un nuevo récord nacional. 1.317