El 29 de agosto, a las 16.45 horas, un fan page de Facebook con el nombre de Weichán Auka Mapu, desmintió su vinculación al atentado incendiario de San José de la Mariquina contra la empresa Sotraser. "Mentiras tras mentiras de los medios... tengan presente, y se los aseguramos por nuestro pueblo, nosotros no incendiamos los 29 camiones... Mucho menos y nos parece ridículo que dejen panfletos como estos que nos inculpan falsamente en reivindicaciones truchas".
La magnitud de los ataques incendiarios ha ido en franco crecimiento en la macrorregión que incluye desde Bío Bío a Los Ríos. La quema de 18 camiones en la zona de Quepe ocurrida la madrugada del 19 de agosto y el siniestro intencional que afectó a otras 29 máquinas en San José de la Mariquina el lunes de la semana pasada, dan cuenta de ello.
Detrás de ambos hechos está el grupo Weichán Auka Mapu ("Lucha del Territorio Rebelde"), que a pesar de haberse desligado del último atentado a través de su "fan page", el 20 de abril de 2016 se presentó públicamente en sociedad como responsable de al menos 30 hechos de similar naturaleza acontecidos desde marzo de 2013.
Mientras la Fiscalía Regional lleva adelante dos investigaciones en torno a esta organización, que conformarían miembros que se separaron de la Coordinadora Arauco Malleco, CAM, vale preguntarse quiénes son, cuántos la integran y hacia dónde va su actuar en el territorio que han delimitado hasta la fecha, el cual abarca desde el sur de la Región del Biobío hasta la zona norte de la Región de Los Ríos, escenario en el que hoy, producto de peritajes balísticos, se le vincula también al atentado que acabó con la vida del matrimonio Luchsinger-Mackay y a otros cuatro sucesos, entre ellos el ataque incendiario a una iglesia en el sector Niágara de Padre Las Casas, por el cual hay detenidos y acusados que están a punto de enfrentar un juicio por el delito de "incendio terrorista".
Y si de identidades se trata, de acuerdo a lo que deslizó la semana pasada el director general de Carabineros, Bruno Villalobos, se trataría de una agrupación ya identificada gracias a un trabajo de inteligencia que está próximo a arrojar resultados.
Sin un rostro visible o liderazgo reconocible, sino más bien con la clandestinidad como principal característica, Weichán Auka Mapu (WAM) se constituye hoy como una agrupación radical que reivindica su lucha a través de "sabotajes" dirigidos a bienes materiales.
Así lo explican, al menos, en el manifiesto publicado en abril del año pasado. "En el planteamiento ideológico estratégico, está el de la reconstrucción política, cultural, socio-organizacional y territorial alejado de todo pensamiento occidental (…). En el plano cultural, como también social, se busca el equilibrio espiritual que pasa de igual manera por la búsqueda de la justicia real, sin fundamentalismos. Abrazando la lucha nacionalista revolucionaria mapuche y rompiendo con toda forma de dominación capitalista (…). En el ámbito de la resistencia incorporamos el elemento armado en respuesta obligada a la violencia sistemática que ha ejercido el Estado chileno contra nuestro pueblo mapuche".
En cuando a la orgánica del grupo poco y nada se sabe en lo formal, salvo que los organismos de inteligencia tendrían identificados a sus integrantes y definido su sistema de organización a la hora de operar.
Hay quienes concuerdan con la teoría que se trataría de un grupo que se desprende de la CAM. Así lo creen los ex intendentes de La Araucanía Francisco Huenchumilla y Miguel Hernández.
El primero deja claro que ya no maneja la misma información que tenía hace dos años, pese a ello admite que por lectura de la prensa entiende que trata de ex integrantes de la coordinadora y confiesa que le llama la atención el modo de operar y el hecho que el grupo no presente liderazgos.
Por su parte, Miguel Hernández reconoce que esta organización clandestina fue parte de las conversaciones de todos los lunes en el comité de seguridad mientras ofició como autoridad regional. "La información que tengo es (que) se trata de un grupo escindido de la CAM, radicalizado, que opera desde la provincia de Arauco y que se ha ido extendiendo en su influencia hacia la Región de Los Ríos".
Esta es la tesis que también baraja el ex fiscal regional y actual vicedecano de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chile, Francisco Ljubetic, que sobre la base de lo que ha expuesto la propia CAM recuerda que "con posterioridad a la huelga del año 2010 hubo una facción de integrantes que estimó que lo que se estaba logrando con este acercamiento y con esta posibilidad de diálogo no era lo ideal. Este otro grupo consideró que no estaban dadas las condiciones, y por cómo se han dado las cosas, retomaron las actividades violentas de manera más intensa y repetitiva".
Sobre la fecha de surgimiento de este grupo tampoco existe exactitud. Un fan page en Facebook con el nombre de la agrupación señala como fecha de fundación el año 2011, mientras que el primer atentado reinvindicado los sitúa el 25 de marzo de 2013, mientras que el buscador Google remite que las primeras publicaciones sobre ellos surgieron recién a contar del año pasado.
Acerca de las características de Weichán Auka Mapu, Francisco Ljubetic postula que podría tratarse también de una generación de recambio, "el bastión de reposición que han tenido los más antiguos" miembros de esta resistencia rebelde.
Por su modo de operar "está claro que ha habido una ampliación en cuanto a los destinatarios y la forma y gravedad (de los hechos)". Hoy "tenemos esta seguidilla de quemas de iglesias que de alguna manera enlazan este factor crítico que se produjo con el objetivo de recuperación del Seminario Mayor de Licanco (Padre Las Casas). Bajo esa lógica uno podría entender esta variación de ataques y atacados", precisa el ex fiscal regional de La Araucanía.
Como explica la ex autoridad, curiosamente, ese año 2013 hay una correspondencia entre el desalojo en el seminario perteneciente a la Diócesis de Villarrica y el comienzo de los ataques a templos reconocidos por la propia agrupación, sobre todo templos católicos.
El hecho en cuestión ocurre el 2 de marzo de 2016 y el 8 de marzo de ese año comienza una secuencia de atentados incendiarios a iglesias. El 8 resulta quemado el Santuario de San Sebastián de Cajón (Vilcún), el 1 de abril es afectada la Capilla Santa Joaquina de Niágara (Padre Las Casas) y el día 5 es atacada una capilla del sector Quepe (kilómetro 2.5 camino Mahuidache, en Freire).
A juicio de Ljubetic, está de manifiesto que la planificación de Weichán Auka Mapu está orientada a provocar un impacto mayor. "Ya no se conforman con quemar un camión", el norte es "aumentar la violencia y el efecto multiplicador de la misma". El abogado estima que la violencia ha aumentado y "se ha radicalizado producto del sentir que tienen estos grupos, porque -acota- yo no creo que sea sólo uno, sino varios".
En opinión del ex jefe del Ministerio Público, Weichán Auka Mapu lo que intenta hoy es "mantener un estado de terror permanente entre la población" y bajo esa lógica -advierte- es "imposible en este estado de cosas que el Estado, a través del gobierno o quien fuere, logre llegar a conversar con estos grupos radicalizados, porque es al revés, lo que ellos quieren es imposibilitar el encuentro".
Al observar el curso de la historia reciente, Ljubetic reconoce dos hitos que marcan el comportamiento del conflicto entre el pueblo Mapuche y el Estado. Uno es que no se abordó como se debía lo que en su momento se definió como "La Araucanía en llamas", durante el gobierno de Ricardo Lagos, y luego destaca el recrudecimiento de los atentados, justo cuando la PDI identificara a 8 personas vinculadas a la causa que en un período de tiempo fueron y volvieron de Colombia.
Sobre la base de la magnitud que han alcanzado los ataques incendiarios en 2017 y el hecho que WAM identifica hoy entre sus enemigos al "gran latifundista, la forestal y los proyectos energéticos, grandes empresas y sus inversiones", vale preguntarse ¿cuál es el costo de esta situación?
Bajo el parecer del ex intendente Miguel Hernández, el costo para el gobierno es de gran magnitud. "Desde el punto de vista político esto tiene un tremendo costo porque a la sensación de impunidad que existe en La Araucanía se suma el hecho que la delincuencia está ganando espacios no menores. Esto hace ver que respecto de la seguridad el gobierno está absolutamente al debe. Además hay un costo económico. No nos olvidemos que Carabineros de Chile, en la operación que tiene aquí, ha dispuesto una tremenda cantidad de contingente (…). Fíjese usted que para los funcionarios de Carabineros de Chile la Región de La Araucanía tiene un nombre bien especial. "El Edén". Porque aquí es donde más plata ganan y la mayor cantidad de postulaciones de traslado tiene como objetivo a La Araucanía", comenta.
Hoy, desde fuera de la intendencia, Hernández habla con mayor libertad sobre el tema y desliza que lo que más le preocupa hoy es "la inmovilidad del gobierno. Yo creo - dice - que el gobierno no puede conformarse con anunciar que traerán cien nuevos efectivos".
Para el Premio Nacional de Historia, Jorge Pinto, era esperable el surgimiento de una agrupación como la WAM, más cuando "en nuestra Región no sólo han fracasado los gobiernos, sino el Estado".
En este contexto, agrega Pinto, "las señales indicarían que de la CAM se han descolgado algunos grupos que estarían obligando al Estado a intervenir de manera directa y rápida en temas como el reconocimiento como nación, recuperación de tierras, control territorial y autonomía, como ocurre en otros países en los cuales los pueblos originarios han sobrevivido. Weichán Auka Mapu podría ser uno de estos grupos. Sus declaraciones de principios coinciden casi en todo con los de la CAM. Lo mismo ocurre en Argentina con la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), vinculada a líderes mapuche de nuestro país".
A su parecer Huenchumilla tiene razón cuando plantea que una tregua es la mejor estrategia para buscar acuerdos de mediana y larga duración que garanticen la paz. Eso "nos permitiría atender las demandas de todos los que viven y trabajan en la región y despejar todas las dudas respecto de lo que pasa".
Respecto de hacia dónde va la situación de la llamada macrozona de conflicto y en particular el actuar de la WAM, las declaraciones de los órganos persecutores y la policía apuntan a que a una eventual y pronta identificación.
No en vano el fiscal vocero de la Fiscalía Regional de La Araucanía, Roberto Garrido, admite que son dos las investigaciones que pesan sobre Weichán Auka Mapu, una en el contexto del caso por la muerte del matrimonio Luchsinger Mackay y la otra, desde abril de 2016, por asociación ilícita.
Lo cierto es que habría una pista importante en la identificación de integrantes de este grupo y esa tiene que ver con el peritaje al armamento encontrado en un procedimiento de la Región del Biobío que se relaciona con al menos cuatro ilícitos en La Araucanía, tres de ellos reivindicados por WAM y la coincidencia del tipo de arma con se emplea en el fundo de los Luchsinger.
Mientras la fiscalía confirma estos datos, el director general de Carabineros, Bruno Villalobos acota que las investigaciones pronto tendrán resultados, de hecho, dice tener la certeza de que los van a encontrar.
Este es parte del escenario actual. Mientras los hechos siguen su curso, Weichán Auka Mapu se mantiene tras su ideario: "Ñielole mapu, muleay aukan", que en castellano significa "esto no es montaje, es sabotaje y dignidad".