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Fanpage Scarlett manualidades
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Correo scarlita_2403@hotmail.com
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Jefe de
Carrera
Diseño de Videojuegos
CFT Santo Tomás
Si hay una característica que define al ser humano es su capacidad innata de abstraer, de imaginar, de conceptualizar hechos y poder generar experiencias de inmersión sin otra necesidad más que su capacidad creativa. En este sentido, Joan Huizinga en su tratado de 1938 nos habla del Homo Ludens para describir el juego como base de la civilización, bajo los principios de la capacidad que tiene de reflejar la sabiduría, el ingenio y las formas culturales, podemos observar que su aseveración no se aleja tanto de la realidad incluso hoy en día.
Los juegos están presentes en todos nuestros procesos de aprendizaje, a través de ellos simbolizamos y aprendemos patrones "entrenándonos" en un espacio seguro para lo que viene en adelante. La "pinta" invita a correr con un propósito; el trompo desafía la habilidad motora; el ajedrez, la capaidad de adelantarse y generar estrategias.
Chile y el mundo se están dando cuenta de esta potencialidad. No es casual que ya existan escuelas danesas que ponen el juego como eje central de los contenidos, permitiendo a sus estudiantes desarrollar narrativas y trabajar en conjunto en la construcción de su propio espacio de aprendizaje; el hecho que se utilicen simuladores virtuales para entrenar pilotos o incluso equipos de realidad virtual que permitan a profesionales de la salud formarse en contenidos de manera interactiva al alcance de la mano. Tampoco es casual que este movimiento global por la resignificación del juego haya llegado a la industria local, con emprendimientos que aplican estos principios en su estructura. Está en nosotros abrir nuestra percepción y volver a mirar el juego, no sólo como una mera forma de entretenimiento, sino como una forma de explorar y entender el mundo, una potencial herramienta que genere nuevos espacios de desarrollo donde la industria y las mentes creativas tienen todo que aportar.
Juan Salazar
Todo comenzó por necesidad, comenta la valdiviana Elizabeth Cariaga. Al iniciar su emprendimiento de decoración se encontraba sin trabajo y sin dinero, lo que la motivó a valerse de su ingenio y descubrir un proyecto que "aún está en desarrollo" y en el cual sigue explorando.
Fabrica y vende adornos hechos con madera, botas de desecho y jabones, decorados con la técnica del docoupage: servilletas de distintos diseños y colores se aplican con un pegamento especial y luego un baño de resina, dándole un toque característico.
¿Cómo comenzó con esta idea?
- Viendo videos en youtube sobre algún emprendimiento que no tuviera mucho costo, ya que financieramente no me encontraba bien. Entonces al ver varios videos novedosos y entretenidos en internet, me quedé con esta idea de adornar con servilletas los productos, por lo que comencé de a poco a instruirme más en el asunto.
¿Qué fue lo primero que hizo?
- Lo primero fue hacer jabones con diseño, eso fue hace dos años aproximadamente. En este momento no me acuerdo bien el porque elegí trabajar con ese producto en especial, aunque uno de los motivos podría ser lo barato que me costaron los jabones, ya que por mil pesos compraba tres y luego al venderlos conseguía el triple y un poco más de ganancia.
¿Fue un buen comienzo?
- Claro, en un día llegué a vender entre 10 y 20 jabones, lo que para mí era motivante, independiente del dinero, ya que saber que a la gente le gustaba lo que yo hacía con mis manos me motivaba a seguir en este pequeño proyecto e incursionar con otros productos.
¿Como promocionaba sus productos?
- Diría que era puerta a puerta entre los vecinos y los familiares. A veces también iba al centro con una maleta a ofrecer mis productos.
Si bien no fue su primer trabajo de decoupage, Cariaga explica que los bototos son su producto estrella. "Recuerdo que hace un año aproximadamente una tía le dijo a mi mamá que porque yo no hacía un adorno con unos bototos. Y mi mamá que me tiene mucha fe, le dijo que no tendría problemas en hacerlo, y los hice".
¿El trabajo en los bototos es similar a los demás productos?
- Más o menos, ya que el trato es distinto. Primero se lava bien el bototo, lo que en la madera y el jabón no se puede hacer por una cosa lógica. Luego de eso, diría que se trabaja igual, aunque con más capas de servilleta y de resina en muchos casos.
¿Por qué es su producto estrella?
- Porque es el que más tiempo me quita y el que considero más hermoso. En hacerlo me puedo demorar un par de días pero vale la pena, ya que el resultado es muy lindo.
¿Ha vendido muchos bototos?
- No muchos, y la gran mayoría de los vendidos se van fuera de la ciudad. Creo que hay cierta responsabilidad mía en ese aspecto porque no tengo un negocio fijo para ofrecer mis productos, pero también la gente en su gran mayoría no está dispuesta a pagar 20 mil pesos o más por adorno hecho de materiales desechables, no le toman importancia al trabajo que hay detrás, pero aún así he logrado vender.
La emprendedora valdiviana hoy mantiene un trabajo estable de lunes a viernes, pero aún así desea mantener sus productos a la venta en el mercado, por lo que comenzará a ofrecerlos por el fanpage "Scarlett manualidades", algo que no había hecho anteriormente. Además, Cariaga manifestó que "la intención es también trabajar con otros materiales, pero eso es sorpresa".