Cambio en la mortalidad
La última edición del Anuario de Estadísticas Vitales 2015, del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), muestra un cambio importante en las causas de mortalidad de la población. El más gráfico es que las muertes por enfermedades infecciosas, prácticamente desaparecieron de los mapas estadísticos, mientras que los cánceres, desplazaron a los problemas cardiovasculares como la principal causa de fallecimiento y las patologías endocrinas y metabólicas irrumpen como causales antes inexistentes.
Esto coincide con lo observado en países desarrollados, donde después de muchos años de esfuerzos en educación y prevención, se ha avanzado significativamente en disminuir la significancia de las enfermedades infecciosas, aumentando la longevidad de la población. Pero, ahora surgen otros problemas: las enfermedades llamadas crónicas que si no son bien controladas pueden afectar la calidad de vida de las personas ocasionando discapacidad o la muerte.
Si bien se han generado políticas como el Auge, que otorga cobertura y tratamiento a las patologías que provocan mayor morbilidad y mortalidad en la población, a la luz de estos antecedentes que nos proporciona el INE, se debería incentivar una evaluación de la efectividad de las medidas que hemos tomado para tratar los factores de riesgo de algunas de estas patologías muy especialmente: Diabetes, Hipertensión, manejo del Infarto Agudo al Miocardio, Cáncer de Mama, Cáncer Cervicouterino, Cáncer de Próstata, Cáncer Gástrico, por nombrar algunas.
Esto, para poder afirmar con propiedad que la menor tasa de mortalidad cardiovascular registrada por el INE responde a dicho programa, o el aumento de la mortalidad por cáncer tiene que ver con que no está suficientemente garantizado el diagnóstico de la patología de base o los tratamientos no son los adecuados. Son preguntas que a 12 años de la implementación del Auge, bien valdría la pena plantearse y hacernos cargo, considerando que ha pasado un tiempo plausible para una evaluación.
Dr. Manuel José Irarrázaval Director IPUSS U. San Sebastián
Bicicletas en la Costanera
A propósito de las autoridades que aparecieron en bicicleta por la Costanera, quisiera señalar que hay nulo respeto de esta administración por lo peatones y por los ciclistas en general.
Hay demasiados puntos donde se vulnera la Ley de Tránsito que los (nos) protege. Le doy un siempre ejemplo, de el cual está notificada la Dirección de Obras de la Municipalidad: frente al supermercado en avenida Los Lingues, isla Teja, los automóviles ingresan al estacionamiento circulando por la ciclovía y la vereda peatonal, siendo que los automóviles deben circular por la calzada y hacer el ingreso transversal por donde esté habilitado. En este caso no hay rebaje de solera habilitado y además sacaron una señalética (que no han repuesto) de no estacionar ni detenerse.
Ojalá alguien no sea atropellado en el principal acceso peatonal al Parque Saval, otro punto complejo.
Además, cruzando (caminando) el puente Pedro de Valdivia varias veces casi me han atropellado ciclistas en sus bicicletas. Está más que claro que si van por la vereda peatonal lo hagan como peatones: caminando y empujando sus bicicletas y si lo hacen sobre ellas y pedaleando que se bajen a la calzada, que es por donde deben circular los vehículos.
Diego Muñoz López dimunoz@gmail.com
Entre la ley y el reglamento
Promulgada la Ley de aborto y prometido el reglamento de implementación dentro de 'ojalá' (Ministra Castillo) los próximos 90 días, parece inoportuno comentar este proceso. Pero ya hay varias aristas que llaman la atención, que pueden perpetuar equívocos y problemas si no se abordan desde ya.
Se lee, en la prensa, que la ley "establece el derecho de la mujer de autorizar el aborto". No hay tal: la mujer solicita, el médico autoriza o deniega. Los costos del programa se calculan en base a 50 casos anuales de peligro para la madre, otros 50 de fetopatías inviables, y 2000 caso de violación. Cifras aproximadas, cierto, pero muy distantes de los abortos clandestinos producidos en el país (15.000 según los más conservadores, 100.000 según expertos que extrapolan desde estadísticas sobre tasas de nacimiento, 200.000 de acuerdo a los más alarmistas). El problema de salud pública del aborto clandestino, oneroso y riesgoso- queda del todo insoluto.
El tema del acompañamiento carece de música y letra, pero ya hay ofertas en el aire- en el mercado-, que incluyen "apoyo legal para mujeres que soliciten el aborto por las tres causales y le sea negado por objetores de conciencia", "entregar contención y acogida", "acompañamiento remoto, por teléfono, por chat todos los días del año". Y todos se precian de que el acompañamiento es voluntario, no coercitivo: ¿Acaso existe el acompañamiento con coerción?
¿Es esto lo que el Gobierno llama ponerse "a tono con las legislaciones del mundo"?
Más bien es el parto de los montes del cual no nace siquiera un ratón, sino un nuevo hato de problemas para la mujeres que anhelaban hacerse cargo de su vida reproductiva.
Dr. Miguel Kottow Centro de Bioética Universidad Central de Chile