Pablo Quintana Villanueva
Ayer y acompañado de autoridades regionales, provinciales y locales, el ministro de Energía, Andrés Rebolledo, visitó la isla Huapi, en Futrono, con el objetivo de comprobar el avance en la ejecución del proyecto de electrificación a través de paneles fotovoltaicos, que beneficiará a 146 hogares, cuatro iglesias y una ruca comunitaria.
Para ello, inspeccionó un equipo piloto que fue instalado en la propiedad de Patricia Ñancupil, presidenta de la comunidad insular, que ha sido sometido a pruebas de funcionamiento.
Se trata de una iniciativa precursora en el país -su símil se encuentra en la comuna de Alto Biobío- y que después de ser formulada y elaborada en el primer semestre de 2015 por el Ministerio de Energía junto al programa de Energización de la Subdere, obtuvo la recomendación técnica favorable en agosto de 2016. En esta misma fecha, el Consejo Regional aprobó el proyecto por un monto máximo de $1.979 millones para un total de 142 soluciones.
Tras la licitación, en abril de este año la obra fue adjudicada a Saesa, en consorcio con Wireless Energy, por un monto de $1.686 millones; pero luego de que la comunidad de Huapi se pronunciara al respecto, se amplió el contrato para incorporar nuevos beneficiarios y quedando finalmente en 151 soluciones fotovoltaicas individuales, con una inversión total es de $1.803 millones.
Solución armónica
En la ocasión, el ministro Andrés Rebolledo destacó que la implementación del proyecto "es una solución armónica con el medioambiente, porque permite tener este combustible natural que es el sol, infinito por lo demás".
Recordó que la electrificación de la isla es una antigua aspiración de la comunidad -hoy compuesta por unos 380 habitantes- y que no habrá que pagar una cuenta a una empresa, "si no que lo que hay que hacer es que ellos decidan colectivamente cómo se organizarán para determinar los costos asociados a la mantención de los paneles y equipos".
Energía suficiente
Francisco Alliende, gerente general de Saesa -la empresa que ejecuta el proyecto-, afirmó que "para nosotros, ha sido un orgullo haber participado en la solución de un anhelo histórico de la isla Huapi, sin postes y sin cables, pero garantizando un suministro continuo a las familias".
Detalló que los paneles fotovoltaicos cuentan con una capacidad de 2,76 kilovatios, lo que se traduce en una generación mensual promedio de 200 kilovatios por hora, "que es más de lo que consume un cliente común en el sur de Chile. Por lo tanto, estas instalaciones le garantizan a la gente de la isla una cantidad de energía para tener un refrigerador, televisor y todos los artículos que normalmente hay en el hogar".
Subrayó que otro elemento para tener en cuenta acerca de los paneles fotovoltaicos es que "tienen una estructura de batería que les da una autonomía superior a una semana. Entonces, frente a algo que es muy frecuente en el sur, que son los temporales con días muy oscuros, no tendrán problemas de suministro; porque las baterías les garantizarán una reserva de energía".
Satisfacción
Descendiente de una larga línea de autoridades ancestrales, el lonco de Huapi, Héctor Ñancumil, aseguró sentirse contento con la concreción del proyecto de electrificación de la isla. "Hasta hace poco, la vida era muy sacrificada, teniendo que iluminarnos con un 'chonchón', después con parafina y finalmente con gas. Siempre soñábamos con tener electricidad como lo veíamos en otros lugares, donde con sólo apretar un interruptor tenían luz. Decíamos: 'Y nosotros, ¿cuándo?'".
Contó que el vecino Robustiano Neguimán fue uno de los primeros vecinos que iniciaron la lucha por disponer de ese servicio; y hoy les queda conseguir agua potable y la conectividad tecnológica.