Juan Vargas Oñate
Cada 1 de noviembre trae a la familia Cortez Pérez el recuerdo de su hija Cynthia, asesinada luego de una fiesta de Halloween hace 14 años. La joven era estudiante de Arquitectura de la Universidad Austral de Chile y su caso causó conmoción nacional, pues fue hallada sin vida a escasos metros del recinto universitario, en el río Calle Calle.
Ayer sus padres José Cortez y Olivia Pérez hablaron sobre ella, sobre la reconstrucción de sus vidas y lo difícil que es hallar resignación, aunque sus otras dos hijas Nathaly (20) y María José (26), les dan diariamente nuevas alegrías.
"Nathaly estudia Pedagogía Básica en Lenguaje, en la Universidad San Sebastián y tiene dos becas. María José, estudia Sicología en la Universidad Autónoma de Temuco, y le va muy bien. Cynthia habría estado feliz. Ella, también estudiaba con una beca, y decía que una vez titulada, ayudaría a sus hermanitas para que fueran profesionales. Es un sueño que se cumple", aseguran.
"dios hizo justicia"
Sobre Carlos Núñez Alveal, el compañero de estudios de Cynthia que fue condenado a 8 años de cárcel como autor del asesinato, hablan sin rencor y dicen estar tranquilos.
"Nunca aceptamos esa condena, porque fue una burla de la justicia. Sin embargo, eso ya quedó atrás para nosotros, porque creemos que hubo justicia divina. Dios hizo justicia. Él (Carlos ) sufrió también la muerte de sus padres y casi la desintegración de su familia. Supo lo que es perder a seres queridos", señala Olivia Pérez.
"Sin embargo -agrega- sentí pena por la muerte de sus padres. Siempre los entendí. Defendían a su hijo y ellos no tenían la culpa de lo que él hizo. Ahora, solamente sabemos que (Núñez) está en Iquique. Para nosotros la vida siguió, pero con mucho dolor, porque se derrumbaron nuestros sueños e ilusiones. Fue un mundo que se nos derrumbó y es difícil hallar resignación".
Dolor silencioso
José Cortez asiente las palabras de su esposa. "Habla poco, pero sufre en silencio", dice ella.
"Mi trabajo ha sido una terapia, aunque si antes fumaba, hoy fumo más", agrega él.
El año pasado para esta fecha, Olivia Pérez estaba hospitalizada. "La angustia me pasa la cuenta. Hoy vivo y dependo de pastillas, y sé que será así, el resto de mi vida".
"Tratamos de ser solidarios"
José Cortez y Olivia Pérez afirman seguir con atención aquellos casos que les hacen revivir el suyo. "Siempre somos solidarios con aquellos padres y familias que sufren el dolor por el que pasamos nosotros. Hoy queremos que la familia, de esa madre que está desaparecida en Mariquina (Regina Pichún), la halle bien. Con vida. Lo mismo hacemos con los padres de Carlos Millán (desaparecido en 2005) cuando nos comunicamos.Les decimos que pedimos a Dios, que algún día sepan la verdad, acerca de lo que sucedió".