Esta semana fue recordado el Día Mundial de la Diabetes, la cual es una de las enfermedades crónicas no transmisibles más frecuentes, que se desencadena cuando el páncreas no produce suficiente insulina; una hormona que regula el nivel de azúcar, o glucosa, en sangre; o cuando el organismo no puede utilizar con eficacia la insulina que produce, y que aumenta de manera directa el riesgo cardiovascular.
De acuerdo a estimaciones de la OMS, 422 millones de adultos en todo el mundo tenían diabetes en 2014, frente a los 108 millones de diabéticos que existían en 1980. En nuestro país en el año 2010 un 9.4% del total de chilenos tenía diabetes.
El mal control de la diabetes se asocia a diversas complicaciones, no sólo la dificultad de regular la glicemia o azúcar en sangre, sino también favorece el desarrollo de la enfermedad renal crónica, pie diabético, problemas de circulación, etc. La diabetes es una enfermedad que se desarrolla a través de una predisposición genética, es decir, si tengo familiares directos con diabetes Mellitus tipo II, tengo mayor probabilidad de presentar la enfermedad en algún momento de la vida. Sin embargo, esto no es suficiente. La explicación de dicha situación, es que para desarrollar la enfermedad, además de la predisposición genética necesitamos factores de riesgo, como lo son el exceso de peso, la obesidad, una alimentación de baja calidad nutricional y el sedentarismo, los que tienen una característica en común; son modificables.
Por el contrario, una alimentación saludable es relevante para evitar el desarrollo de insulino-resistencia y diabetes. También es fundamental, incluir en la alimentación habitual el consumo de verduras y frutas de distintos colores, ya que además de ayunarnos a reducir la concentración de azúcar en sangre, a través del aporte de fibra dietética, aportan antioxidantes de excelente calidad como polifenoles, flavonoides -como antocianinas presentes en alimentos de color morado como betarraga, berenjena, berries como mora y el Maqui- que nos ayudan a reducir la oxidación y el riesgo de desarrollar células cancerígenas.
Otra recomendación importante es que alimentos derivados de cereales como pan, fideos y arroz, sean consumidos en su estado integral. Asimismo, la actividad física realizada de manera regular nos ayuda a mejorar el metabolismo del azúcar en el organismo.
Marion Guerrero Wyss Docente de la carrera de Nutrición y Dietética USS