La ONU define los derechos humanos, como "derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen, color, religión, lengua u otra condición; están los civiles y políticos, los económicos, los sociales y los culturales. También los derechos a la libre determinación de los pueblos y al desarrollo" (Declaratoria de Viena, 1993). Sobre este último derecho, la ONU establece el Derecho al desarrollo como universal, inalienable y fundamental, cuyo centro es la persona y hace posible el disfrute de los demás derechos. Es por esto que, los Estados deben procurar el desarrollo y eliminar los obstáculos que impidan alcanzarlo.
Un caso conocido, que inspiró la película "En busca de la felicidad", son los Estados Unidos, que en su Declaración de Independencia de 1776, dispone la búsqueda de la felicidad como un derecho inalienable del hombre, que incluso está a la misma altura de la libertad y la vida. Siglos después, la ONU, en diferentes resoluciones, invita a tomar acciones para buscar la felicidad, decretando el 20 de marzo como Día Internacional de la Felicidad.
Por lo visto, podemos señalar que se reconoce esta búsqueda como un derecho humano, pero ¿lo exigimos?
En cuanto a estudios sobre felicidad, hay una serie de índices que incluyen ámbitos como el desarrollo y bienestar humano; y que como lo dice la palabra son percepciones, lo que otorga un grado de subjetividad, aunque sin duda son un aporte válido para avanzar en el análisis. Justamente, hace unos días se conoció un estudio que en su reporte muestra que a nivel latinoamericano Chile está en el tercer lugar como el país más feliz, luego de Costa Rica y México -según el World Happiness Report - considerando, entre otros aspectos, el ingreso, esperanza de vida, calidad de servicios sociales, libertad, confianza y generosidad. Medición que pudiera contrastar a otras en que el país destaca por un alto nivel de estrés y depresión laboral.
Así todo, y tratando de invitar a la reflexión sobre si exigimos nuestro derecho a la felicidad, vale recalcar que: Buscar la felicidad es un derecho humano que carece de difusión, por lo que se nos dificulta ejercerlo. Que una sociedad busque ser feliz no radica en que se sienta como tal, sino, más bien, en que llegue a tener las condiciones -objetivas- para realmente serlo.
Gina Osorio Carvajal
Directora (I) de Derecho USS Valdivia