La educación superior se ha vuelto a tomar la agenda a nivel nacional. Debemos valorar esto, dado que pone en discusión el tema del mejoramiento; sin embargo, quedan materias relegadas como la educación técnica.
Este tipo de formación tiene múltiples desafíos. Deberíamos concentrarnos en su mayor adecuación al mercado del trabajo y las necesidades productivas proyectadas. Articularla mejor con el conjunto del sistema educacional; asegurar que la Educación Técnica sea un instrumento de disminución de las desigualdades; además se requiere incrementar su calidad por medio de una institucionalidad.
Estas propuestas para la educación técnica fueron trabajadas y se encuentran planteadas en el documento "Mejora la Técnica", al cual adhieren distintas organizaciones que van desde Educación 2020, Sofofa y Cut. En este material, existen datos reveladores a los que debemos poner atención, como que la decisión de optar por la educación técnica no pasa por gusto o talento, sino por la urgencia de aportar recursos económicos a sus hogares.
Tampoco debemos olvidar los desafíos que nos plantea una economía global, donde la formación de personal técnico de nivel medio, nivel superior y profesional debe estar articulada, de forma que su posterior desempeño en el campo ocupacional permita estructurar los grupos de trabajo que hoy requieren los procesos productivos.
Actualmente se estima un déficit de alrededor de 700 mil técnicos en Chile. A lo que se suma una demanda creciente por técnicos de nivel superior en áreas como Administración de Empresas y en RRHH, Soporte Computacional, Electricidad y Electricidad Industrial, entre otras.
Entre las virtudes de la educación técnica podemos destacar, según la encuesta Casen 2011, que el salario promedio de un técnico o profesional egresado de un Instituto Profesional o Centro de Formación Técnica puede llegar a los $700.000 mensuales, en comparación al monto de salario promedio de un millón de pesos que obtienen titulados de Universidades. Agreguemos a esto, que las carreras técnicas tienden a ser menor de duración y con un arancel menor.
Estas son señales del atractivo y potencial que tienen las carreras técnicas, pero que deben ir de la mano de políticas públicas que permitan incrementar la inversión pública y privada, y posicionarla en la agenda pública.
Laura Bertolotto Navarrete Rectora Universidad Santo Tomás Valdivia