Charla sobre el origen del universo marcó el inicio del Año Académico
EN EL AULA MAGNA Premio Nacional de Ciencias Exactas, María Teresa Ruiz, fue invitada por la Universidad Austral de Chile.
Chile tiene la suerte de ser una ventana al universo. La respuesta está en la corriente de Humboldt -una corriente fría y extensa- que contribuye a una estabilidad atmosférica que permite condiciones únicas para la observación astronómica, con muchas noches despejadas. Esas características de los cielos del norte del país han propiciado que grandes potencias del mundo inviertan en la instalación de infraestructura e instrumental para desarrollar sus investigación. El valor de esa inversión en los observatorios que operan y que están en construcción en Chile es de, aproximadamente, ocho mil millones de dólares.
El Observatorio Interamericano Cerro Tololo fue el primero en instalarse en el país. Ubicado en el Valle del Elqui, el telescopio más grande que posee tiene un espejo de cuatro metros de diámetro, al cual la astrónoma María Teresa Ruiz le debe gran parte de sus investigaciones.
Así lo afirmó en la charla magistral que dictó ayer en la inauguración del Año Académico de la Universidad Austral de Chile, realizada a las 11 horas en el Aula Magna de la casa de estudios. En su exposición, la Presidenta de la Academia Chilena de Ciencias abordó el origen y destino del universo y, en ese sentido, explicó las ventajas naturales que tiene el país para el desarrollo de investigaciones. Al respecto, aseguró que "no hay excusa para que Chile no sea el país más destacado en el mundo en esta área de la ciencia".
Los laboratorios internacionales destinan un diez por ciento de su tiempo para el trabajo de observación que realizan astrónomos de instituciones chilenas.
En ese contexto, dijo que es relevante tener departamentos de astronomía en las universidades, "con profesionales buenos que se ganen ese tiempo, que es competitivo, en los laboratorios de observación y así generar un impacto en las investigaciones de las universidades", sostuvo.
Indicó que instituciones están trabajando en esa línea, como la Universidad Andrés Bello y Diego Portales. Mientras que en el sur, el único departamento de astronomía que existe pertenece a la Universidad de Concepción.
La historia del universo
María Teresa Ruiz se remontó en su charla a los orígenes del universo, hace 13 mil 760 millones de años, según las investigaciones científicas.
Explicó cómo el Big Bang fue determinante en la formación de nuevas estrellas -a partir de hidrógeno y helio- las que fabrican todo los demás elementos que se conocen, incluyendo complejas moléculas orgánicas. "Cuando se dice que estamos hechos de lo que fabrican las estrellas es literal (...) somos herederos no sólo de una estrella, sino de muchas, algunas pequeñas como el sol y otras más grandes", planteó.
Asimismo, ahondó en las características de la vía láctea y al respecto señaló que "nuestra galaxia, la vía láctea, tiene 100 mil millones de estrellas, la mayor parte de ellas son como el sol o más chicas".
Precisó que las estrellas se forman en familias muy numerosas, "muchas pequeñitas y muy pocas grandes, también tienen colores, si ustedes miran al cielo en la noche y ven una estrella media azulosa, quiere decir que puede tener una temperatura superficial de 40 mil grados; cuando ven una estrella rojita, debe tener tres mil grados y una estrella como el sol, que tiene seis mil grados, se puede ver amarilla".
BIOGRAFÍA
María Teresa Ruiz fue la primera mujer en recibir en el país el Premio Nacional de Ciencias Exactas, por el descubrimiento -en 1997- de la primera enana café (objeto estelar que no posee luz propia) que se conoce. Sus líneas de investigación son las nebulosas planetarias, estrellas degeneradas, enanas cafés, sistemas planetarios y estrellas cercanas.
Estudió Astronomía en la Universidad de Chile y se tituló en 1971. Además, es Máster y Doctora (Ph.D.) en Astrofísica, por la Universidad de Princeton (1975).
En 1976 realizó un postdoctorado en el Observatorio de Trieste - en Italia- para luego desempeñarse como astrónoma visitante del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en 1978, científica visitante en el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA (Nueva York, Estados Unidos). En 1987 inició su carrera como académica de la Universidad de Chile.
Entre las distinciones que ha recibido destaca el Premio L'Oréal - Unesco para mujeres en ciencia, el que obtuvo en 2016, en la categoría Latinoamérica.