Muere Tom Wolfe, padre del Nuevo Periodismo
DECESO. El autor de "La hoguera de las vanidades" y de "Elegidos para la gloria", falleció el lunes a los 87 años.
Siempre de traje blanco y como un pionero, será recordado Tom Wolfe, el hombre que junto a otros autores como Truman Capote, Gay Talese y Hunter S. Thompson, fundó la corriente conocida como Nuevo Periodismo, que combina ese oficio con elementos propios de la literatura.
El autor que con su pluma plasmó la cultura estadounidense, murió el lunes a los 87 años en Nueva York, según confirmó ayer su agente, Lynn Nesbit, quien informó a "The Wall Street Journal" y a "The New York Times", que Wolfe sufría una neumonía y había sido hospitalizado por una infección en un hospital de Manhattan.
Nacido en Richmond (Virginia), el autor de "La hoguera de las vanidades" vivía en Nueva York desde 1962, cuando comenzó a trabajar para "The New York Herald Tribune" y en paralelo a hacerse un nombre en el periodismo literario y la novela periodística.
Admirador del novelista francés Emile Zola y otros autores de ficción "realista", Wolfe insistió en que la única manera de contar una historia maravillosa era saliendo a reportearla. Acostumbraba decir que para escribir una gran historia era necesario salir y precisamente por eso se convirtió en un gran cronista de la sociedad estadounidense.
Así fue que junto a los otros pioneros del Nuevo Periodismo llegó a demostrar que el oficio podía ofrecer el tipo de placer literario tradicionalmente presente en los libros.
Creador de frases ingeniosas, acuñó expresiones tales como "radical chic" para aludir a la fascinación de los ricos liberales con los revolucionarios; y la generación "Yo" para definir a los babyboomers egocéntricos de los años 70.
Le asombraba que ningún autor de su generación hubiese escrito una novela de gran envergadura con estilo del siglo XIX sobre la Nueva York contemporánea, y terminó haciéndolo él mismo en "La hoguera de las vanidades".
Su obra rompía incontables reglas pero se basaba en el periodismo de la vieja escuela, con una atención obsesiva al detalle que comenzó con su primer trabajo reporteril y perduró por décadas.