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Egresados del Seminario San Fidel denuncian a ex rector por abuso sexual

ACUSACIONES. Diácono ejerció el cargo hace tres décadas. Grupo de profesionales lo señalan como responsable de "conductas indebidas".
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Daniel Navarrete Alvear

En enero de 1987 Armando Zamora asumió como rector del Seminario Menor San Fidel en San José de la Mariquina. Y fue que ejerciendo ese cargo, cometió abusos sexuales en contra de un grupo de alumnos de enseñanza media, que a tres décadas de lo ocurrido, decidieron contar sus historias.

Oriel Solís es uno de los denunciantes. Estaba cursando 3° Medio cuando Zamora llegó al establecimiento educacional y comenzó a demostrar conductas impropias. "La ausencia de mi padre fue algo que me jugó en contra. Yo una vez se lo conté y él me abrazó e intentó besarme en la boca diciéndome que él iba a ser mi papá. Fue algo impactante, porque uno tenía la imagen de que los curas eran como Dios, entonces no sabías si era algo bueno o malo lo que te estaban haciendo, sobretodo cuando más encima eran mi guía espiritual".

El contacto de Zamora con los alumnos, según indica Solís, era cada día de mayor confianza lo que fue generando situaciones de riesgo. "Yo estuve a un paso de que me violara", dice. Y agrega que una vez y por solicitud del diácono (no alcanzó a ser ordenado sacerdote), con la excusa de hablar de temas de la fe, fue a dormir a su habitación. Lo hicieron en camas separadas, sin embargo Zamora se las ingenió para terminar desnudo e insinuándole a su alumno que lo acompañara tendiéndose sobre él.

En declaraciones a CNN Chile, Oriel Solís, recrea ese incómodo momento: "Me agarró y me tiró encima de él. Yo vi que el cura estaba medio excitado. Yo estaba tiritando y donde vio que me quedé quieto, con mis manos a la defensiva, con miedo y que no me pasaba nada, me soltó. Es que tal vez él pensaba que yo me iba a excitar viéndolo. Desde ese momento comencé a vivir con miedo".

Incredulidad

Aunque no fue testigo presencial de otros abusos, Oriel Solís dice que las versiones de sus compañeros y de otros alumnos del Seminario Menor San Fidel, son completamente creíbles. "Porque nos relatábamos situaciones más o menos parecidas, entonces por qué no iba a creerles. Incluso supimos de un joven al que el cura lo drogaba. Le daba pastillas para dormir. Recuerdo que una vez él se logró arrancar de esa situación y nos contó lo que le había pasado. Ahí fue que toda esta cuestión se destapó".

¿Y pese a la gravedad de los hechos no se atrevieron a denunciarlos? Solís, responde: "Para entender lo que nosotros vivimos hay que remontarnos a la época en que ocurrió todo esto. Si ahora hay incredulidad sobre lo malo que pueden ser los curas, antes era peor. Era imposible que nos juntáramos para hacer una denuncia. Zamora nos tenía bajo amenaza permanente, nos tenía controlados. Su manera de actuar era regalándonos cosas. Nosotros veníamos del campo, éramos personas con carencias y él se aprovechaba de eso. Imagínate que para mi mamá era un tremendo orgullo y una gran satisfacción que yo estuviera estudiando en el seminario, entonces no le podía salir con que el cura rector, que se supone que era alguien correcto e intachable, era realmente todo lo contrario. Durante mucho tiempo nosotros tuvimos que vivir con la sensación que todo lo que nos estaba pasando era por nuestra culpa. Realmente estábamos asustados".

Insinuaciones

Cuando al interior del Seminario Menor San Fidel se supo lo de las pastillas, fue la primera vez que un adulto, funcionario de la misma institución, le prestó atención a los rumores. "El inspector Raúl Baeza nos organizó, comenzó a buscar información, tuvo el respaldo de otros profesores y así la información comenzó a llegar a oído de otras personas", explica Oriel Solís.

Un integrante del grupo de los alumnos afectados, que solicitó resguardo de su identidad, puntualiza con claridad, que fue a las 22:30 horas de una lluviosa noche de junio de 1987 que fueron escuchados por Juan Bauer, autoridad de la orden capuchina para aquel entonces. Ahí se confirmó lo repudiable que fueron las acciones de Armando Zamora. El denunciante, durante su escolaridad media, se desempeñó como jefe de pieza, es decir, el responsable de velar porque en las diez habitaciones (donde había ocho camas) donde alojaban quienes venían de fuera de la comuna, todo ocurriera con normalidad. Según explica, con frecuencia y al momento de irse a dormir, recibía insinuaciones por parte del sacerdote que lo instaba a que fuera menos estricto y más receptivo a lo que se entiende, él le podía entregar.

Las consecuencias

Cuando el caso fue de público conocimiento, Armando Zamora, fue desvinculado de la institución. Incluso su nombre no aparece en la lista de rectores publicada en www.sanfidel.cl, donde entre 1987 y 1988 figura en el cargo el profeso Jorge Ortega Cisterna.

Bajo esa administración se procedió a cancelar la matrícula de algunos de los estudiantes que denunciaron a su antecesor; mientras que la administración del internado quedó en manos de Guido Matamala (actual párroco de Lanco). El sacerdote dice no haber tenido conocimiento alguno de lo acontecido con Zamora, ni que se tuviera que haber desarrollado alguna estrategia para abordar los casos.

"A mí no me afectó lo de las matrículas, y aunque al final pudimos contar lo que nos estaba pasando, terminando sintiéndonos igualmente desprotegidos. Nadie nos dio contención. Hubo mucha gente que supo de esto incluso monseñor Sixto Parzinger (capuchino, obispo emérito de la Diócesis de Villarrica) que tuvo acceso a una carpeta con antecedentes con los que se pudo haber metido preso a Zamora. Supongo que en ese entonces, mientras menos se supiera de esto, mucho mejor", dice Oriel Solís.

Actualmente, algunos de los que estudiaron durante los meses en que Armando Zamora fue rector, siguen en contacto permanente. Tienen un grupo en WhatsApp y se han convencido mutuamente que deben sacar a la luz las situaciones que vivieron. Solís, concluye: "En esa época en el colegio habíamos como 80 estudiantes, así que no dudaría que el número de afectados sea mucho mayor del que conocemos y que incluso efectivamente se hayan cometido violaciones".