Hace unas semanas, funcionarios y usuarios del Cesfam Las Ánimas fueron víctimas del accionar vandálico de un grupo de personas que, aparentemente creyendo tener el derecho a exigir una atención prioritaria, no hallaron nada mejor que destruir lo que encontraron a su paso.
Cualquiera pensaría que fue un hecho aislado, excepcional. Pero no. En abril en un consultorio de Hualpén dos personas murieron y una quedó gravemente herida luego que un desconocido abriera fuego al interior del recinto. Casos parecidos se vienen repitiendo y aumentando en comunas como Talca, Puerto Montt, San Pedro de la Paz, Alto Hospicio, Arica, Valparaíso y la Región Metropolitana entre otras.
En todos los casos se trata de consultorios con servicios de urgencia pre-hospitalarios con alta demanda, instalados en entornos vulnerables, intervenidos por programas estatales dados los riesgos sociales que existen, y donde erradicar la instalación de circuitos delincuenciales organizados es una guerra a diario. No se malentienda: no se trata de estigmatizar a nadie… es la repetición de factores de riesgo que, si son reconocidos y bien atendidos, podrían ayudar a evitar situaciones como la del Cesfam Las Ánimas.
Preocupa sobre todo el aumento de la connotación violenta de algunos de estos hechos, que van en escalada y que requieren una atención especial de la autoridad.
Hace pocos días planteaba esta materia al ministro de Interior y a la subsecretaria de Prevención del Delito, junto con la necesidad de establecer acciones concretas ante los casos cada vez más frecuentes de violencia al interior de los consultorios del país y de mi región.
El Código Sanitario y la legislación vigente establece en los servicios de urgencia hospitalarios la presencia policial permanente, pero esto no se extiende a los pre-hospitalarios que, en general, funcionan en los centros municipales.
Por eso propuse por lo pronto la conformación de una mesa de trabajo con los entes involucrados en el caso de Las Animas. Sabemos que la presencia policial es una de las alternativas, pero también el aumento de las rondas, mecanismos preventivos, protocolos de acción y reacción en coordinación con las policías y demás organismos relacionados y que hoy son inexistentes. En definitiva, una mesa de trabajo que permita poner en marcha acciones concretas para proteger de la violencia tanto a funcionarios como usuarios de la salud pública.
Bernardo Berger Fett
Diputado