"Este es un hecho nos demuestra que en Chile hay violaciones a los derechos humanos en nuestras narices…"
Ministro de Justicia Hernán Larraín — Por caso de tortura entre detenidos
"Hoy no puedo controlar ni siquiera de qué largo quiero tener mi pelo, pero ¿importa?"
Periodista Javiera Suárez — Efectos del tratamiento por cáncer
Entre el 21 y el 24 de junio los pueblos originarios del hemisferio sur celebran el inicio de un nuevo ciclo de la naturaleza, el cual coincide con el solsticio de invierno.
En palabras muy sencillas, un solsticio se observa cuando el Sol alcanza su posición más extrema respecto del ecuador celeste (línea imaginaria que es la proyección del Ecuador terrestre en el espacio). Para comprenderlo hay que recordar que mientras nuestro planeta orbita a su estrella en un período de 365 días y con una inclinación de 23º, los hemisferios norte y sur reciben cantidades desiguales de luz y se enfrían cuando están más lejos del Sol. El solsticio de invierno llega cuando esa distancia se encuentra en su ángulo más extremo, coincidiendo además con el día más corto y la noche más larga del año.
Este fenómeno astronómico ha sido observado y ha fascinado a la humanidad desde sus comienzos, existiendo registros de él en prácticamente todas las culturas. En Chile, los pueblos andinos festejan "Inti Raymi" y los del sur el "We Xipantu", o Año Nuevo Mapuche, que en Los Ríos se conmemora con celebraciones familiares y eventos especiales, en una tradición muy antigua, pero que se ha fortalecido en los últimos años, gracias -entre muchos factores- a la educación intercultural y a la mayor valoración de la herencia ancestral.
En el hemisferio norte también hay festejos, pero es al revés. Es el solsticio de verano. En las culturas antiguas se honraba al sol en esta fecha; en la tradición católica los días coinciden con San Luis y San Juan. Ahora, además, el 21 de junio ha sido instaurado como un día - el Día del Sol- para reflexionar sobre la energía solar y otras ERNC (Energías Renovables No Convencionales).
Ahondando un poco más en el tema se puede recordar que la misma Navidad llega en diciembre también en un solsticio (verano en el sur; invierno en el norte) y que se ha traslapado con la milenaria fiesta nórdica del "Sol invictus".
Como se ve, no se trata de días que pasen inadvertidos. Por lo mismo es que resulta interesante observar esta fecha y aprender sobre ella para comprender mejor la cosmovisión y sello cultural de nuestros pueblos originarios.
El gobernador subrogante de la provincia de Valdivia, brigadier Carlos de la Barrera, impuso la medalla Gran Estrella al Mérito de Investigaciones al prefecto Williams Sasso, jefe de la Sexta Zona Policial, en el marco del 55 aniversario de la institución policial civil. La ceremonia oficial de celebración se efectuó ayer en Valdivia.
Expertos de la empresa contratista Geovenor vendrán a Valdivia para hacerse cargo del primer estudio de dragado de los ríos Valdivia y Calle Calle, convocados por la municipalidad. Se trata de la misma entidad que trabaja contra el embancamiento del puerto de Talcahuano. Mientras, la empresa Asenav financió una batrimetría.
"Una baja significativa en los mercados forestales internacionales ha afectado a la empresa Neltume Carranco de Panguipulli". Esa habría sido la razón que dieron sus ejecutivos para justificar el despido de 150 personas desde abril a la fecha, según denunciaron los dirigentes sindicales Carlos Pérez, Juan López y Miguel Cisternas.
El "Trastorno del Espectro Autista" (TEA) según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, se denomina como un espectro que se presenta con distintos niveles de aspectos comprometidos y grado de severidad, lo que responde a un continuo de "síntomas centrales", como lo son la comunicación, socialización, patrones de intereses y conducta, además de "síntomas asociados", como la deficiencia cognitiva (29,8%), epilepsia (33%), problemas gastrointestinales (9% a 70%) y trastornos del sueño (40% a 80%).
En la mayoría de los casos de TEA, se observa y es posible de pesquisar dificultades sociales, comunicativas e imaginativas desde edades tempranas. Éstas se presentan a lo largo del ciclo vital, con diversas características e intensidad, y según desarrollo, por ejemplo, en la primera infancia o en la etapa educativa. En tanto, entre un 20% y 40% de los casos las señales de alerta frente a la presencia del trastorno aparecen una vez que hitos significativos del desarrollo han cursado una evolución -aparentemente- normal, manifestándose luego, como una pérdida o regresión de estos.
El diagnóstico se espera que sea entregado por un especialista neurólogo, quien debe coordinarse con un equipo multidisciplinario integrado por Terapeuta Ocupacional, Fonoaudiólogo, Psicólogo y Educador Diferencial, los que con un enfoque integral y "holístico" participarán de un proceso de intervención que tendrá como objetivos, según cada caso, la adquisición, superación, adaptación y/o mejoramiento de conductas, en las diversas áreas de desarrollo, que le permitan desenvolverse con mayores herramientas en el contexto personal, familiar, escolar, social y laboral.
Como factor aportativo en esta criba diagnóstica, nos encontraremos con un repertorio de rasgos que pueden ser considerados como "banderas rojas" en la delimitación del cuadro; algunos de estos signos son: Retraso o ausencia del habla, no responder a las expresiones faciales o sentimientos de los demás, falta de juego simbólico, ausencia de imaginación, no mostrar interés por otros niños, no señalar objetos, falta de utilización social de la mirada, falta de iniciativa en actividades o juego social, estereotipas, entre otros.
Los padres, familiares o cuidadores debieran tomar las medidas necesarias cuando observen signos de alerta, ya que mientras más temprano se diagnostique e intervenga al niño, mayores serán las habilidades que éste adquirirá, en etapas de gran plasticidad cerebral, para enfrentarse de mejor forma a la sociedad.
Macarena Berrocal Vásquez Docente de Fonoaudiología de la U. San Sebastián sede Valdivia