Pescadores de Mehuín exploran el cultivo de la ostra japonesa
MARIQUINA. Apoyados por fundaciones locales buscan diversificar su oficio. Para esto apuestan por un producto gourmet que esperan comercializar en restaurantes y hoteles de las regiones de La Araucanía y Los Ríos.
Las marejadas provocadas por el terremoto de 2010 destruyeron casi por completo las zonas desde las cuales los pescadores de Mehuín realizaban la extracción de sus productos -como choros o merluzas- e incluso generaron la pérdida de parte de sus herramientas de trabajo. En ese momento, organismos públicos y privados comenzaron a buscar estrategias para diversificar la acuicultura en esa zona de la región de Los Ríos.
Tras diversos estudios y proyectos optaron por el choro zapato, pero esta vez enfocados en su cultivo. Sin embargo, las ganas de seguir explorando nuevas oportunidades de negocio continuaron y actualmente dos sindicatos de Mehuín -que incluyen a unos 50 socios- se encuentran trabajando en un proyecto más ambicioso, el de generar cultivos de ostras japonesas, específicamente en el río Lingue de la comuna de Mariquina. La iniciativa ha incluido capacitaciones, experimentación y la exploración de las oportunidades de mercado para un producto que anteriormente tuvo épocas de auge en Chile, como ocurrió en la década del '80. El presidente del Sindicato N°1 de Pescadores de Mehuín, Marcos Aguirre, aseguró que "para nosotros la idea es excelente y además buena para la región, porque acá no hay cultivo de ostras. Estamos trabajando muy bien y los socios del sindicato están felices porque hemos visto que llevan más de un mes en el agua y han crecido súper rápido. Significa mucho generar nuevos recursos, porque cuando el tiempo es malo vivimos del río y si tenemos algo adicional, vendible e interesante, que además no es difícil de trabajar, nos abre muchas oportunidades".
El proyecto se ha podido llevar a cabo gracias al Fondo de Fomento para la Pesca, y en la ejecución están involucradas la Fundación Chinquihue y Fundación AcercaRedes, organización apoyada por la empresa Arauco.
Inicio del proyecto
Profesionales de Fundación Chinquihue son los encargados de implementar el proyecto desde el punto de vista técnico. Pero antes de decidir cómo se llevaría a cabo, fue elaborado un diagnóstico participativo rural que buscó conocer qué necesitaban los pescadores.
El biólogo marino y extensionista de sindicatos y agrupaciones de pesca artesanal de Fundación Chinquihue, Marcos Carvajal, a cargo de la iniciativa, explicó que "por su situación etaria avanzada -tenemos gente de 55 o 65 años que no podrá salir a pescar en cinco o diez años más- el pescador sueña con tener una actividad más amigable físicamente y también sustentable, que les brinde aprovisionamiento constante. La pesca es algo que en este último tiempo se ha caracterizado por no serlo y lo que ellos quieren era seguridad". En ese contexto, las acciones de cultivo se presentaban como una buena opción.
En enero de 2017 comenzaron a explorar el cultivo del choro zapato. Los pescadores debían extraer semillas de tres o cuatro centímetros desde la costa y trasladarlas hasta el río Lingue. Las dejaban en un sector concesionado donde se preocupaban de su cuidado. "Esta actividad estaba en el límite entre el cultivo y el cuidado. El proyecto, más que nada, buscaba cohesionar los sindicatos", dijo.
Siguieron con la inquietud de diversificarse y así surgió la idea de experimentar con las ostras. Finalmente, el proyecto fue modificado según sus intereses. Las primeras acciones para implementarlo estuvieron relacionadas con la instalación de capacidades entre las organizaciones participantes, quienes conocieron la especie a través de actividades guiadas por un experto japonés. También fueron construidas estructuras de cultivo experimentales, las que fueron instaladas provisoriamente.
En estos momentos se lleva a cabo la fase de seguimiento y monitoreo del cultivo. "Esta etapa es importante porque significa un cambio de cultura para los pescadores. Ellos están acostumbrados a ver si el tiempo está bueno, subirse al bote, salir, pescar, volver y vender. Sin embargo, la cultura del cultivo significa prepararse para comprar las semillas, disponerlas, plantarlas, monitorear cómo crecen y, cuando están grandes, sacarlas para que la densidad no aumente. Luego seguir evaluando cómo evolucionan y controlar las mortalidades. Estamos hablando de diversas etapas y cuidados. Se tiene que llevar a término el ciclo y están destinados ocho meses para el monitoreo", contó. Hasta el momento, el cultivo experimental se ha desarrollado de manera exitosa y finalizaría en diciembre.
Mientras esto ocurre, también se ha avanzado en aspectos jurídicos para obtener los permisos que permitan instalar las estructuras de cultivo de ostras y, posteriormente, venderlas. "Modificamos los proyectos técnicos para ingresar la acuicultura de ostras, porque solo se contaba con la concesión para choro zapato. Esta parte aún se encuentra en proceso de autorización", expresó Carvajal.
El mercado
En forma paralela a las capacitaciones y a las solicitudes de permisos, también se ha trabajado en la búsqueda de espacios para la comercialización de este producto gourmet. Marcos Carvajal expresó que se contrató a un especialista que evaluara las posibles ciudades cuyos mercados pudieran recibir las ostras y el choro zapato.
Fueron estudiadas las ciudades de Temuco, Villarrica, Pucón y Valdivia, con segmentos como hoteles y restaurantes.
"El estudio indicó que los mejores espacios serían los restaurantes de comida chilena que tuvieran capacidad para atender a más de 60 personas simultáneamente", dijo.
La comercialización del producto debería empezar a fines de año. "En ese momento debe comenzar la segunda fase del proyecto, porque no podemos dejar a los pescadores sin apoyo. Ellos estaban acostumbrados a vender sus productos en las caletas, pero hoy se deben preocupar de hacer gestiones de venta, contactos con el receptor final, ver métodos de traslado, el tipo de transporte que utilizarán y la frecuencia de las entregas. Todo ese trabajo más fino que hace el intermediario debe ser acompañado", agregó.
Optimismo
El presidente de la Federación de Pescadores Artesanales de Mehuín, Fepacom, Joaquín Vargas, destacó el interés existente en los integrantes de gremio en el éxito del proyecto.
"Con los proyectos desarrollados se ha demostrado que los pescadores somos responsables y cuidamos lo que tenemos, por lo tanto, no solamente estamos capacitados para la crianza de choritos y ahora se ha incorporado la ostra. Es una iniciativa pionera en la región. Aún no sabemos cuánto vamos a ganar, porque hay que ver la calidad del producto y el mercado, pero somos optimistas porque la gente está dispuesta a probar cosas nuevas", explicó. Indicó que la zona en la que están ubicados posee buenas condiciones para la crianza de las ostras, por lo tanto para el dirigente, esa parte de la evaluación ya ha dado buenos resultados. El presidente de Fepacom indicó que en estos momentos se está trabajando en la conformación de una Mesa de Acuicultura, en la cual esperan analizar temas relacionados con la diversificación del sector. "Existen muy buenas intenciones, pero tenemos que definir en qué tipo de productos estamos interesados porque para todo se debe contar con un plan de manejo. Todo debe hacerse de acuerdo a la normativa", expresó.