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Trabajo a distancia

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Para lograr la meta de crear 600 mil empleos seguros y protegidos, el gobierno se encuentra trabajando en el proyecto de ley de Trabajo a Distancia, que busca generar un acuerdo entre empleador y trabajador que faculta a este último a prestar servicios desde un lugar distinto a la empresa. Arab indicó que es importante para conciliar trabajo y familia, ayudar a descontaminar o a quienes están fuera del mercado del trabajo. "Creemos que va a aumentar la incorporación de mujeres, jóvenes, adultos mayores o personas con discapacidad", dijo. Tendrían todos los derechos de cualquier trabajador y se trata de una modalidad voluntaria.

"El proyecto para estudiantes que trabajan no quita ningún derecho"

LEGISLACIÓN. Asegura que existen mitos con respecto a la iniciativa legal que busca que los jóvenes se integren a la vida laboral de manera temprana y formal.
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Claudia Muñoz David

Aunque asegura que no acostumbra hacerlo, durante toda la semana el subsecretario del Trabajo Fernando Arab, se dedicó a aclarar vía Twitter publicaciones que estaban siendo difundidas a través de las redes sociales. El tema era el proyecto de ley que crea un contrato especial para jóvenes estudiantes y trabajadores. Y los cuestionamientos estaban enfocados a la precarización del trabajo que podría generar el nuevo estatuto.

En medio la polémica, visitó la región de Los Ríos. En la zona participó en la certificación de masajistas de Spa y técnicos en cosmética, formados a través del Sence. Además se reunió con un grupo de socios de la Cámara Chilena de la Construcción, a quienes les dio a conocer la agenda laboral del gobierno y de los distintos proyectos de ley que actualmente impulsan. Y entre todas esas actividades, explicó el estatuto para jóvenes, que afirmó "no resta derechos, sino que norma las brechas que hacen que los jóvenes no accedan al trabajo".

Este proyecto de ley fue presentado en 2013 por el Ejecutivo y pretende crear un estatuto especial para trabajadores jóvenes que son estudiantes, el que permitiría el acceso de unos 18 mil jóvenes a un nuevo tipo de contrato.

Aplicaría para personas entre los 18 y los 28 años, que se encuentren cursando estudios regulares o en vías de titulación en instituciones de educación superior o en programas de nivelación de estudios. Su jornada no podrá exceder las 30 horas semanales, no podrán trabajar más de 10 horas diarias, no se podrán pactar horas extraordinarias. Ganará lo mismo que un trabajador normal, con un sueldo proporcional a las horas trabajadas, como ocurre actualmente con los trabajadores part time.

Los trabajadores podrán optar por no cotizar para salud, manteniéndose como carga médica de sus padres hasta los 24 años. Además, mantendrán su calidad de causantes de asignación familiar sin importar sus rentas percibidas.

En la semana circuló un afiche que indicaba, por ejemplo, que el estatuto eliminaba el derecho a sindicalización o que los estudiantes no tendrán derecho a vacaciones. Sobre esto Arab responde que es falso, que estas reglas serán para todos iguales. "Muchas veces se construyen mitos con respecto a los proyectos. Yo he sido un arduo tuitero en estos días debido a eso. Podemos discutir los proyectos, estar de acuerdo o no, pensar que es bueno o no, pero al menos discutamos sobre lo que es real", dijo.

-¿Por qué el gobierno considera que es importante generar este proyecto?

-Hoy, en Chile, el 40 por ciento de los jóvenes que trabajan lo hacen de manera informal. Además, solo el 9 por ciento de los jóvenes estudia y trabaja a la vez, mientras que en los países desarrollados esta cifra bordea el 50 por ciento. Cuando le preguntas a los jóvenes por qué no estudian y trabajan si muchos tienen la necesidad, plantean que esto ocurre porque nuestra ley actual pone muchos obstáculos.

-¿Cuáles son esos obstáculos?

-Si un joven trabaja de manera formal con un contrato de trabajo pierde el acceso a las becas, créditos y beneficios estudiantiles. Antes de asumir como subsecretario yo era socio en un estudio de abogados en Santiago y un día entrevisto a un joven que fue alumno mío en la Universidad Católica, donde hago clases de derecho laboral. Yo tenía muy buenas referencias de él, así que le dije "estimado, entras el lunes. Cuando llegues firma tu contrato". En ese momento me dijo que si firmaba el contrato, perdía las becas de alimentación. No lo pude contratar. Esa realidad la viven hoy miles de jóvenes en el país. Es por esto prefieren trabajar en la informalidad.

-¿En qué los perjudica esta informalidad?

-Alguien podrá decir que da lo mismo que no tenga contrato. Sin embargo, eso significa que este joven no recibirá cotizaciones. Por lo tanto, no cotizará por seguro de accidentes o enfermedades profesionales. Si ese joven tiene un accidente en su lugar de trabajo o de trayecto, no queda cubierto ni tiene una mutualidad que lo atienda o le haga un tratamiento. Segundo, si ese joven pierde ese trabajo informal no tiene detrás de él un seguro de cesantía y tercero, ese joven no está cotizando para pensiones. Tanto nos quejamos, y con justa causa, de que las pensiones son bajas, pero cuando tenemos circunstancias como estas no contribuimos a que las pensiones sean mejores. Hay estudios que demuestran que si un joven comienza cinco años antes a cotizar, el promedio de su pensión final puede subir un 20 por ciento. Por otro lado, si no tienen contratos quién garantiza que el empleador le va a respetar sus indemnizaciones, vacaciones y fueros.

-¿Cómo se legislará sobre el sistema de cargas legales y de salud en este estatuto?

-El ser carga de los padres tiene una ventaja importante. Los planes familiares, en general, son mejores en cobertura que los individuales. El proyecto da la facilidad de seguir siéndolo.

-¿El proyecto se refiere a facilidades para compatibilizar trabajo y estudios?

-El proyecto termina con otro problema que tienen los jóvenes, que es la compatibilización de la carga de trabajo con la malla académica. Hoy un chiquillo que tenga clases desde las 8.30 a las 10 horas, una ventana de 10 a 13 horas y después quiera volver a clases de 14 a 15 horas para volver a trabajar a las 16 horas, no puede. Nuestra ley dice que la jornada diaria es ininterrumpida y solo puede dividirse para efectos de colación. ¿Qué es lo que hace? Trabaja en negro o falta a clases. El proyecto reconoce esos problemas y les da solución. El proyecto no quita ningún derecho que los jóvenes tengan hoy.

-¿Por qué cree que se han generado las polémicas?

-Acá uno se encuentra con dos situaciones, personas que están leyendo el proyecto de 2013 en el que efectivamente había ciertos derechos que no estaban contemplados, o personas que están actuando de mala fe. Es tan así que el proyecto contempla todos los derechos que fue votado por unanimidad a favor en la comisión de Trabajo de la Cámara, desde diputadas del Frente Amplio hasta los diputados de la UDI. En la comisión de Hacienda se votó unánimemente a favor con una abstención de un diputado del PC. Y en sala, pese a la fuerte oposición que tuvo el proyecto por ciertas organizaciones sindicales, se aprobó por 83 votos a favor y 51 en contra. Creemos que es un proyecto que no precariza en absoluto la relación laboral.

-¿Qué trámites vienen ahora?

-Esperamos que este proyecto que ahora pasa al Senado sea discutido. Nosotros le quitamos la urgencia porque queremos que sea un proyecto que se debata, pero que se haga sobre la base de la verdad y no con mitos o postverdades, que están tan de moda en redes sociales.