La israelí Natalie Portman se llevó todos los aplausos de la crítica ayer en el Festival de Venecia, por su interpretación de una estrella del pop que fue víctima de la violencia escolar en "Vox Luz".
El comienzo de la cinta de Brady Corbet que compite por el León de Oro está basado en la masacre de Columbine, ocurrida en un colegio de esa ciudad del estado de Colorado en 1999, en la que murieron 12 alumnos y un profesora.
"La oportunidad de interpretar a una estrella de la canción ha sido un sueño", comentó Portman, de 37 años, quien da vida a una cantante tan célebre como caprichosa, quien conoció el estrellato tras ser víctima de una masacre en una escuela.
Al ser consultada en conferencia de prensa sobre si la cinta era un mensaje contra la cultura de las armas en Estados Unidos, Portman respondió: "No es una película con mensaje, es más bien un retrato, una reflexión sobre nuestra sociedad en la que se cruzan la cultura pop, la violencia y el espectáculo que hacemos de ambas", dijo la actriz. "Para mí es una reflexión del momento en el que vivimos. Y espero que la gente que lo vea se plantee algunas de las cosas a las que nos enfrentamos ahora", agregó.
Ante el fenómeno de los tiroteos que se viven en Estados Unidos, la actriz ganadora de un Óscar por su actuación en "El cisne negro" destacó "cómo un pequeño acto de violencia puede provocar un amplio tormento psicológico".
Brady, en tanto, definió su filme como una crónica de los momentos que han definido los últimos 20 años su país. Así, esta película es de alguna forma la continuación del trabajo anterior de Corbet ("The Childhood of a Leader"), que se situaba a comienzos del siglo XX, tras la I Guerra Mundial. Ahora el realizador se centra en el paso al siglo XXI y cómo, en ambos casos, el mundo está marcado por el mal.
"Vivimos en una época de ansiedad y el filme nació de ahí", explicó Corbet. Lo que él quería mostrar es que "el siglo XX estuvo marcado por la banalización del mal" y el XXI lo estará por la existencia de ese mal.