"Por supuesto que discrepo de todo aquello que signifique una conducta discriminatoria…"
— Presidente Sebastián Piñera — Sobre candidato Jair Bolsonaro"Mientras la corrupción crece y se apodera de muchos municipios, sancionan 23 segundos de baile…"
Alcaldesa de Maipú Cathy Barriga — Por sanción de Contraloría a video
La Escuela México de Valdivia cumplió 98 años de existencia y lo celebró con un desfile público y un acto especial, encabezado por su directora María Oackley. La docente recordó que el establecimiento comenzó a funcionar en 1890 y que su actual edificio en calle Picarte fue levantado con ayuda del gobierno de México, en 1964.
El ministro de Salud Alex Figueroa Muñoz anunció el envío al Congreso de una nueva norma que regula el funcionamiento de isapres y Fonasa, para asegurar que todas las prestaciones de los afiliados al sistema privado de salud sean cubiertas por las isapres efectivamente. También establece un sistema de libre elección para Fonasa.
Una visita a Valdivia realizó el candidato presidencial Sebastián Piñera, para apoyar las campañas de quienes postulan a concejales y alcaldes en las elecciones municipales. En la zona aseguró que "lo mejor de la Concertación quedó en el pasado" y que por eso "es necesario reforzar las propuestas de la Alianza por Chile".
Comenzó la XXV versión del Festival Internacional de Cine de Valdivia y, además de la importancia de las muestras y de los trabajos artísticos en competencia, que en conjunto construyen una gran noticia; el certamen llegó acompañado de un hecho especial: por primera vez en mucho tiempo se escucha una voz clara de parte de una autoridad nacional respecto del apoyo que este evento necesita. La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio Consuelo Valdés fue directa y precisa: "Este es un proyecto emblemático y no siento que deba seguir siendo cuestionado sobre su alcance. Lleva 25 años demostrando que es algo sólido, que merece respaldo y creemos que eso es posible".
Su afirmación se refiere a gestionar aportes estatales constantes y anuales para próximas versiones, algo que daría mayor estabilidad a la organización y la capacidad de gestionar a largo plazo.
Si esas palabras se hicieran realidad, el Festival tendría un piso de inversión que le permitiría superar la etapa de las permanentes postulaciones a fondos concursables, que llegan, pero implican cada año contar de nuevo (a nuevas autoridades, con ideas y prioridades que cambian) de qué se trata esta propuesta para convertir a Los Ríos en capital cinematográfica de Chile.
Esos procesos desgastan y demoran; en cambio saber que existe un monto fijo con el cual contar, abriría más espacio al equipo de producción para planificar, invitar, seleccionar obras y convocar creadores, procesos todos hoy sujetos a tiempos y recursos limitados y hasta inciertos.
Con el respaldo que actualmente recibe de la Universidad Austral de Chile, la Municipalidad de Valdivia y el Gobierno Regional, el Festival logra un desempeño notable, pero su presupuesto cercano a los $350 millones está lejos de otros eventos latinoamericanos con los mismos niveles de exigencia y que se empinan hacia los mil millones. Un aporte estable de $500 millones, por ejemplo, equilibraría esfuerzos.
La palabra de la ministra ya está dicha. Depende ahora del apoyo parlamentario incluir un ítem así en el presupuesto nacional de Cultura. Si hay respaldo, quizás, podría comenzar para la versión de 2020. Para el 2019, ya es tarde.
La pregunta que por décadas ha tenido entrampados, a veces hasta casi enfrentados, a funcionarios del Ministerio de Vivienda y de municipios de Chile, todo a vista, paciencia y al borde del colapso de miles de vecinos, automovilistas y peatones: ¿Quién tapa el hoyo de la calle?
Es que el tema de las responsabilidades sobre la reparación de los verdaderos forados que se producen en las arterias es casi como pretender dilucidar qué fue primero, si el huevo o la gallina, en una madeja enredosa administrativa y legal poco entendible para la ciudadanía, que se termina interpretando como burocracia de la mala, pero que a la vez ha costado decenas de sanciones a ambas reparticiones tanto por hacer, como por no hacer.
Y en esa suerte de inacción en la tierra de nadie, los forados en las calles crecen y crecen hasta convertirse la mayoría de las veces -y de las calles- en pruebas de obstáculos estilo rally, trampas mortales que desafían la pericia y el aguante de conductores y sus vehículos.
En definitiva, a la cuestión de quién tapa el hoyo -o planteado más formalmente, de quién y cuándo es la responsabilidad de actuar para reparar uno de estos eventos no deseados- había que ponerle tope.
Por eso resulta pertinente el proyecto aprobado en septiembre en el Congreso Nacional tras un año de tramitación, que mediante una modificación a la Ley N° 8.946, fija el texto definitivo de las leyes de Pavimentación Comunal en materia de ejecución de obras provisorias de emergencia por parte de los municipios.
Dicho en chileno: La nueva normativa a partir de ahora permite a los gobiernos comunales intervenir de emergencia las calles sin que se requiera autorización previa del Serviu, y sin que por actuar terminen con un castigo por desviar recursos en una tarea que en principio no les corresponde, como le sucedió a 26 alcaldes hace poco tiempo.
Eso sí, existen límites: los municipios, sin supervisión ni aviso previo al Serviu, podrán reparar aquellos hoyos que no superen los veinte metros cuadrados, siempre y cuando cuenten con los recursos. De lo contrario, deberán recurrir a la acción de la autoridad pertinente, suscribir programas y convenios.
En resumen: Una excelente iniciativa que gustoso respaldé, más al acordarme del estado de mi querida Valdivia.
Bernardo Berger Fett
Diputado