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Datos a nivel nacional

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De acuerdo a un estudio elaborado por Ipsos en 2018, en Chile un 8% de los padres tiene un hijo que ha experimentado ciberacoso, mientras que un 31% declara que un niño cercano a ellos lo ha sufrido. Mientras que de acuerdo a datos de la Superintendencia de Educación, las denuncias por ciberacoso han experimentado un alza del 64% entre 2017 y 2018, pasando de 104 denuncias en enero - julio de 2017 a 170 denuncias para el mismo período de 2018. En tanto, la Encuesta Nacional de Uso de Tecnologías en Escolares (2016) entre otros datos arrojó que cerca del 60% de los estudiantes reconoce manejar las tecnologías desde antes de los 10 años.

Región se suma a campaña para prevenir el acoso escolar a través de las redes sociales

CASOS EN LOS RÍOS. El primer semestre de este año, la Superintendencia de Educación registró cuatro denuncias, el doble que en el mismo período de 2017. En enero-julio de 2016 se recibió una denuncia.
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Cuatro denuncias por ciberbullying registra en la región de Los Ríos la Superintendencia de Educación, durante el primer semestre de 2018. Esta cifra es mayor si se compara con igual período de 2017 y 2016, donde se presentaron dos y una, respectivamente.

Para evitar el acoso escolar a través de las redes sociales, el gobierno impulsa la campaña de sana convivencia "Hay palabras que matan", que cuenta con un sistema de monitoreo virtual basado en un programa o "BOT", cuyo objetivo es proteger a la comunidad escolar de episodios de violencia, al detectar palabras clave en tiempo real, como insultos, acosos y amenazas en Facebook, Twitter e Instagram.

La campaña fue presentada ayer en la Escuela Rural Catamutún, de La Unión. Allí, el seremi de Educación Tomás Mandiola hizo entrega al establecimiento de una placa de reconocimiento por su compromiso por cultivar una sana convivencia escolar.

Llamado

El seremi precisó que con esta iniciativa se busca "generar conciencia en todas las comunidades educativas, desde los estudiantes, profesores, asistentes y directivos, de que la sana convivencia y un buen clima en las salas de clases son fundamentales y un requisito esencial para poder contar con una educación de calidad".

Aseguró que "estamos lanzando esta campaña con mucha fuerza para prevenir el ciberbullying que, según los últimos estudios, va al alza y constituye una amenaza para la buena convivencia y para la salud mental de nuestros estudiantes".

La autoridad hizo un llamado a que todas las comunidades educativas trabajen esta temática, especialmente con sus encargados de convivencia escolar.

"Pero aún más enfático es el llamado a todos los padres, apoderados y familias de la región para que tomen conciencia de lo delicado y lo grave que pueden llegar a ser los casos de ciberacoso escolar y puedan guiar y orientar a sus hijos en el buen uso de las redes sociales, las cuales bien utilizadas pueden ser un aporte", afirmó.

Impacto

¿Qué es el ciberbullying? La docente de Psicología de la Universidad San Sebastián sede Valdivia, María Karina Lozic, explicó que la violencia dentro de los grupos humanos ha existido siempre y los establecimientos educativos no son la excepción.

Señaló que en la década de los '70 se conceptualiza y empieza a hablar de acoso escolar o bullying, que es definido como un acto de hostigamiento, intimidación o abuso sistemático de un o una estudiante o grupo de estudiantes hacia otro que no puede defenderse. Provoca -dijo- maltrato, humillación o temor, a través de acciones como por ejemplo, insultos, robos, amenazas, entre otros.

"El ciberbullying hace referencia al mismo proceso descrito anteriormente, pero que se realiza a través de redes sociales o medios de comunicación virtuales, lo que surge dadas las características de la forma en que nos relacionamos actualmente, hemos reemplazado las relaciones directas por la vinculación virtual", precisó.

En este sentido, señaló que el ciberbullying tiene algunas características particulares, "es un acto de violencia indirecto, ya que el agresor tiene la posibilidad de mantener el anonimato, esto trae como consecuencia la sensación de impotencia de la víctima al no poder enfrentar al responsable del maltrato, invade espacios que hasta ese momento eran privados como el hogar y, finalmente, el acoso se puede hacer público y expandirse rápidamente", indicó.

La docente explicó que justamente el anonimato es uno de los elementos que es más dañino en este proceso de violencia. Ello porque -dijo- "el agresor es algo así como un fantasma al que el niño, niña o joven no puede enfrentar. Quien agrede virtualmente siente satisfacción al realizar este acto violento y al imaginar el daño causado en el otro u otra".

Añadió que "la red permite una rápida divulgación de la información, lo que hace que llegue no sólo a los compañeros o compañeras de curso, sino que al establecimiento educativo completo, a su familia, puede incluso difundirse en otros establecimientos educativos, dejando al niño, niña o joven expuesto. No podemos dejar de tener en cuenta que ese espacio virtual se ha vuelto un lugar profundamente significativo para las personas en general y más aún para los así llamados nativos digitales".

AGRESOR y VÍCTIMA

Lozic precisó que algunos estudios muestran que el perfil de los agresores es bastante amplio, "que son niños, niñas o jóvenes en los que es natural el uso de TICs y que suelen tener un uso intensivo de las mismas, creando sus propias comunidades virtuales, o sus propios espacios personales en la red".

Agregó que otras características son las conductas violentas, de amenaza hacia otros, de aislamiento social y dependencia de la tecnología.

Respecto a quienes pueden ser víctimas, dijo que "la verdad es que dada la transformación de las relaciones sociales actuales, diría que todos pueden ser víctimas. La red es un espacio protegido para quien quiere realizar acoso, ya que no tiene que enfrentar a su víctima ni su temor y tampoco las consecuencias de sus actos".

En cuanto al rol de los padres y centros educacionales, la psicóloga afirmó que es fundamental para prevenir y enfrentar estos actos. "Pero más que pensar en el rol independiente de cada uno, es importante pensar en la red que debieran formar juntos para enfrentar situaciones de alta complejidad con los y las estudiantes; el trabajo articulado y colaborativo de la familia y la escuela es fundamental".

"Se debe trabajar en los subsistemas a los que pertenece el niño o niña y en la relación entre estos subsistemas, los que deben estar alineados y comunicados. Deberíamos trabajar unidos en fortalecer el trato no sólo respetuoso, sino que amistoso y fraterno entre pares, fomentar el mutuo cuidado. Por otro lado es relevante facilitar la visibilización de estas problemáticas, generando vínculos de confianza con los estudiantes de tal manera que sientan que pueden compartir lo que les está pasando", añadió.