En las recientes semanas hemos leído sobre la necesidad de un ordenamiento territorial para favorecer el buen desempeño futuro del sector forestal en Chile. Este llamado ministerial utiliza como base argumentativa casi exclusivamente la gestión de plantaciones forestales para la industria maderera; aunque esta vez, se menciona al pequeño y mediano propietario forestal como dinamizadores. La gestión de plantaciones considera todo el proceso de producción: gestión de propiedad, forestación y reforestación, manejo, cosecha, transporte y uso industrial o de otro destino. Esto, esencialmente, corresponde la ordenación forestal que, por cierto, debe ser incluida en un ordenamiento territorial. Además, muy relevante y socialmente sensible hoy en Chile y el mundo, incluye la gestión y combate de incendios forestales.
Sin embargo, el concepto de ordenamiento territorial abarca más elementos complejos que los mencionados por la autoridad. La gestión tradicional de plantaciones en Chile ha sido fundamentalmente dirigida desde y hacia la industria maderera. Por ello, una visión de ordenamiento como la planteada, tiene más relación con una gestión lineal del insumo (recurso natural renovable) y su transformación; pero dista de considerar al territorio como elemento central. En el territorio coexiste una serie de recursos, sistemas, gobernanzas y usuarios, los cuales interactúan bajo un marco social, económico, político y cultural. Así, gestionar un territorio es complejo y dinámico en el espacio y tiempo, y requiere necesariamente de una mirada particular en cada región.
Una visión de ordenamiento, por cierto necesaria ante el cambio global y sus efectos, requiere de un radical cambio de enfoque en relación con la gestión de los recursos naturales, en nuestro caso, donde se incluyan las plantaciones forestales, pero también el bosque nativo, otros ecosistemas y las relaciones de gobernanza presentes. Por ello, una nueva etapa del sector forestal en Chile requiere de una acabada mirada al territorio, y no solo a los recursos materiales.
El futuro bienestar de la sociedad dependerá efectivamente de la existencia de un uso sostenible del territorio con un enfoque ambientalmente amigable, técnicamente factible, financieramente viable y, principalmente, socialmente responsable.
Dr. Oscar Thiers Inst. Bosques y Sociedad, Fac. Cs. Forestales y Recursos Naturales, UACh