Walter Ávila González
E l juego y trabajo al aire libre, aprender haciendo y sobre todo la comprensión de cada niño en base a sus necesidades, son las consignas primordiales de la Escuela Waldorf Los Picaflores de Valdivia ubicados en el pasaje Los Cipreses s/n (sector Angachilla), que hoy cumple un año de existencia, aunque el proyecto educativo comenzó hace varios años.
"Nuestra mirada y forma de llevar a la vida práctica nuestro quehacer pedagógico va en dirección de cambiar totalmente el paradigma del sistema educacional de hoy en día. Nuestro centro siempre es el niño y lo que les ofrecemos es en base a sus necesidades en los distintos ámbitos de la vida y no lo que los adultos creemos que necesitan, sin siquiera reconocer al ser que tienen al frente", sostuvo la docente y administrativa del establecimiento Isabel Castro, en relación a la finalidad de la escuela.
En ese contexto, agregó que "el arte, como pintar con acuarela o hacer modelado en arcilla, tallado en madera, la música y las manualidades son centrales, como así también las caminatas y el contacto con la naturaleza. Trabajamos todo el año una huerta orgánica y tenemos al cuidado algunos animales de granja. Los contenidos como matemáticas, lenguaje y lenguas extranjeras se dan por épocas, que duran entre 4 a 5 semanas cada uno".
Asimismo, señaló que "además de ser una institución educativa con la metodología Waldorf, del profesor alemán Rudolf Steiner, también somos una fundación cultural, con un enfoque muy social. Por lo mismo, de los 25 niños que tenemos actualmente matriculados, el 40% está becado, porque nuestra intención es que todos puedan ser parte de esta hermosa experiencia".
¿Cómo nacieron?
El profesor francés Eduardo Bacquet manifestó que "somos un grupo de profesores con bastante experiencia en la temática de educación, que al conocer una gran variedad de metodologías, consideramos que ésta era la mejor para el desarrollo integral de nuestras familias e hijos. A raíz de aquello surgió la idea de este proyecto, al que siempre le tuvimos mucha fe, porque sabíamos de todos los beneficios. De esta manera hemos ido creciendo a poco seguro".
En tanto, en relación a no ser aún reconocidos por el Ministerio de Educación como un método válido, como lo es el tradicional o el Montessori, por ejemplo, Bacquet aclaró que "eso no nos preocupa. Para nosotros, lo más importante es el desarrollo de todos los sentidos de los niños. Acá no discriminamos por quien sabe más. Por el contrario, acompañamos a los niños que necesitan más atención y así vamos superando etapas. Por lo demás, tanto en Alemania como en otros países desarrollados, esta metodología sí está validada, por lo que estamos seguros de que tarde o temprano acá en Chile sucederá lo mismo. No por nada la primera Escuela Waldorf llegó hace casi 40 años al país, por lo que no somos ningún desconocido, hay mucha historia que nos avala".