Periodista
El Che Guevara está en Bolivia.Ni siquiera la CIA sabía de su paradero, pero Darío Bush estaba seguro de la información que sin ningún reparo decidió compartir a Bruno Serrano casi a fines de la década de 1960. La conversación de los otrora estudiantes de la Universidad de Chile ocurrió en el bar Il Bosco (ubicado a solo tres cuadras de La Moneda en Santiago), instalando con ello la loca idea de que sería factible salir al encuentro del revolucionario. Aunque fuera a dedo.
Sumando a otros dos aventureros, el Flaco Charme y el Negro Sepúlveda, partió el ascenso por el mapa. Las desgracias y alegrías que ocurrieron en el camino se volvieron parte de las biografías de los viajeros y en particular de quien decidió desempolvarlas para hacerlas un libro.
Como parte de la colección de Editorial Cuarto Propio, Bruno Serrano (también responsable de la novela "Los náufragos") publicó este año "Nuestro Che. Un viaje a la utopía", que es precisamente lo que recuerda de aquella experiencia. El peso de la historia fue suficiente para que el autor se animara a ponerla sobre papel, revalorizándola más allá de un simple relato de sobremesa, que era la función que a veces cumplía hasta ese momento.
El ejercicio editorial obligó a repasar los hechos históricos, pero también, a la selección de lo que el autor optó por contar, aunque ello le valiera alguna trizadura de su tejado. Narrado en primera persona y con un ritmo atrapante, Serrano se hace cargo de un período de su vida en el que caminó largos senderos, encontró el amor en tierras lejanas, se desmayó de hambre, viajó de polizón en un tren y se quedó sin dinero para volver a Chile.
Como si fuera una gran epopeya de autodescubrimiento, la obra habla de los sacrificios y de que el destino no siempre es tan importante como el viaje. O que lo diga Serrano, que lo define como algo "alucinante, que puso patas arriba mi vida futura".
Daniel
Navarrete