El ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg, descartó que la única y principal causa del aumento en la cantidad de campamentos en Chile sea la migración. Según el último catastro, existen 822 campamentos a nivel nacional, los que en total suman 46.423 hogares. Son, por ende, 165 más que en 2011, año en que se hizo el anterior análisis.

"Los resultados no son buenos, evidentemente, pero es lo primero y lo básico para poder empezar a planificar y tomar buenas decisiones", comentó el secretario de Estado en entrevista con Radio Universo.

Precios: suelo, arriendo

Enumeró que entre los factores del incremento se hallan "el aumento en el precio del suelo, el alza de arriendos, la presión migratoria y una razón cultural, ya que hay muchas familias que deciden vivir en campamentos incluso sin tener la necesidad y eso lo vamos a tener en consideración".

"Decir que la migración es la responsable del aumento de los campamentos sería un poco egoísta, porque creo que hay otras múltiples razones. Cuando uno visita los campamentos de la zona norte, se da cuenta de que la mayoría de las familias son migrantes, pero no es la razón exclusivamente", explicó.

Monckeberg añadió: "Si otras familias que vienen a Chile tuviesen un precio de arriendo razonable, de acuerdo al ingreso económico que tienen, perfectamente podrían optar por una vivienda no precaria, entonces no es solamente la presión migratoria".

"¿Se escapó de las manos esto? Creo que no, es absolutamente abordable con buenas políticas públicas y por eso la mesa de compromiso país que convocó el Presidente, donde con personas que saben mucho de estas materias estamos trabajando para poder buscar soluciones innovadoras", concluyó la autoridad.

Redacción

"Fue un año que la Iglesia en Chile difícilmente olvidará". Así lo sostiene la Conferencia Episcopal, organismo que publicó en su sitio web un resumen con los principales acontecimientos vividos por el clero durante un 2018, marcado por las investigaciones a los abusos sexuales a menores por parte de religiosos y la visita del Papa Francisco al país en el verano pasado.

"Año de expresiones repetidas de dolor y vergüenza, de inéditas escenas de incautaciones y registro de dependencias eclesiásticas y de sanciones drásticas a obispos y sacerdotes chilenos dispuestas personalmente por el Papa", describe el episcopado nacional.

Entre tales expresiones se halla la salida de algunos obispos investigados de sus respectivas diócesis y la expulsión del sacerdocio de los ahora expresbíteros Cristián Precht y Fernando Karadima, a quienes el texto principal omite, además del exarzobispo de La Serena Francisco José Cox, estos tres últimos por los abusos sexuales y de conciencia que cometieron durante sus años de servicio ministerial.

Convocatoria a obispos

Seguido de ello, la institución religiosa recuerda la "sorpresiva convocatoria del Papa a los obispos, pocos meses después de concluir su visita apostólica a Chile". Así, continúa la entidad, "se reveló el impacto de la misión encomendada al arzobispo maltés Charles Scicluna en el mes de febrero".

Scicluna llegó a Chile para investigar el supuesto encubrimiento del cuestionado entonces obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de guardar silencio ante los abusos de Karadima. Este caso opacó la venida en enero de Francisco al país.

Pero Scicluna, quien estuvo acompañado del oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Jordi Bertomeu, no solo se encontró con testimonios relacionados al expárroco de El Bosque, sino también con una serie de otras denuncias que obligaron a los enviados papales a volver a Chile en mayo.

Colaboración

"La crisis vivida suscitó un amplio proceso de reflexión y discernimiento en las comunidades, que condujo a los obispos a realizar una asamblea extraordinaria a fines de julio, al término de la cual expresaron su intención de colaborar con las labores investigativas de los tribunales estatales", subraya la Conferencia Episcopal.

La organización religiosa destaca el aumento "de las facultades del Consejo Nacional de Prevención" y el compromiso de "escuchar a las víctimas y elaborar documentos sobre buen trato para clérigos y agentes pastorales, entre otras decisiones y compromisos".