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Hitos en la carrera de la intérprete valdiviana

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Durante su trayectoria, la pianista ha realizado conciertos en Chile, Argentina, España, Ecuador, Alemania, Suiza y Francia. También, ha participado en festivales como solista y en formación de música de cámara. A ello suma distinciones en concurso como los Claudio Arrau, Santa Cecilia y Virtuoses du Futur.

Entre su apariciones solistas se cuentan colaboraciones con las orquestas sinfónicas de Concepción y Talca; y la Juvenil Universidad Austral, junto con ser parte del Ensamble de Musique Contemporaine de Genève en Suiza. En su formación en Chile y el extranjero, han trabajado bajo las órdenes de Ximena Cabello (Conservatorio de Múscia Uach), Marcela Massini (Academia Vivaldi), María Iris Radrigán (Pontificia Universidad Católica); y Elisabeth Athanassova y Nelson Goerner (Haute Ecole de Musique de Genève).

Alfonso Montecinos y Alejandro Guarello, son solo dos de los compositores de los que ha estrenado obras.

"Me interesa el bienestar integral de mis alumnos, que sean personas alegres"

PRESENCIA. A sus 36 años, la intérprete optó por reinstalarse en Valdivia y con su pareja concretar una nueva opción formativa.
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De ida a Europa, con residencia en Suiza por casi una década; y de vuelta a Chile con escala en Frutillar y destino final en Valdivia. Cuando Carla Sandoval finalizó sus estudios de piano en la Pontificia Universidad Católica, planificó la ruta de su carrera profesional con una agenda de perfeccionamiento permanente, clases, conciertos y ahora, con su propio emprendimiento cultural.

La también otrora alumna del Conservatorio de Música de la Universidad Austral de Chile decidió partir a la Haute Ecole de Musique de Genève en 2005. Ahí cursó el Master of Arts in Music Performance y el Master of Arts in Music Pedagogy, consolidando sus facetas de intérprete y profesora.

"Venía de una universidad estricta, con un ritmo de aprendizaje bastante demandante; pero en Ginebra me enfrenté a una cosa brutal, algo mucho más elevado en términos de exigencia y que claramente es representativo de un lugar orientado a formar a los mejores. La cantidad de gente que toca música igual o mejor que uno, es tanta, que simplemente no se puede hacer menos que darlo todo", explica.

De aquella experiencia ocurrida hace trece años, también recuerda lo incómodo del cambio cultural y el impacto que le generó su propia opción de querer estar entre los mejores del mundo. "Para muchos, elegir la música como una alternativa de vida ocurre antes de salir de Chile. En mi caso fue al revés. Estando fuera comencé a evaluar lo que eso implicaba, es decir, dedicación exclusiva y dejar de lado la familia, para llegar a estar entre los 'top ten'; o disfrutar igualmente de lo que hago, pero de una forma más tranquila, pudiendo incorporar otras cosas a mi vida. Al final opté por esto último".

Así fue entonces que surgió la idea de volver a Chile, pero acompañada.

EN EL SUR

Carla Sandoval es hija de Romilio y Marcela. Nació en Valdivia en 1982 y su primer concierto fue a los 9 años de edad en las Semanas Musicales de Frutillar.

Es en esta comuna de la Provincia de Llanquihue en la que terminó instalándose tras su incursión europea. Al regresar de Suiza lo hizo con su pareja, el ilustrador Jacques Truffert; y ambos lograron sumarse al equipo de profesionales del Teatro del Lago. Ella como pianista del Ensamble Residente y él con su taller de cómics.

Aquello ocurrió entre 2014 y el año pasado, cuando decidieron que nuevamente era tiempo de partir, esta vez a Valdivia para desarrollar un proyecto aún más ambicioso. "La música y el arte han sido los puntos de encuentro con Jacques. Hablamos el mismo lenguaje, tenemos una conexión especial y por eso hemos decidido iniciar distintas cosas juntos".

Así nació el Espacio Cultural JACAR. Es un estudio ubicado en Avenida Simpson N°235 donde se imparten clases de piano e ilustración y cómics. El sábado 15 de diciembre, con una intervención en la Plaza de la República de Valdivia, fue el cierre del primer año de instrucción en el que hubo 19 alumnos, entre ellos el prodigio Martín Álvarez, ganador del V Concurso de Alapp Sur.

- ¿Qué ha implicado poner en marcha JACAR?

Ha sido un tremendo desafío, que solamente nos ha dado resultados positivos. La idea de tener un espacio cultural nació casi por intuición y de ahí en más tuvimos que meternos en un mundo distinto relacionado con la gestión y administración de recursos y de un lugar que nos propusimos transformar en un punto de referencia. Literalmente partimos de cero, desde rescatar el edificio donde ahora estamos trabajando, hasta encontrarnos con facetas nuestras que obviamente no conocíamos.

- ¿Qué diferencia hay entre la experiencia que ustedes ofrecen, en relación a otras que podrían ser similares?

JACAR es una extensión nuestra con Jacques, es algo que se desprende naturalmente de lo que mejor sabemos hacer, entonces la filosofía no es necesariamente volvernos una escuela ultra exigente. Me interesa el bienestar integral de mis alumnos, que sean pianistas y también personas alegres. Si veo a un niño feliz, es porque estamos cumpliendo los objetivos. Y eso es algo que también apoyan y les interesa a las familias que decidieron confiar en nosotros.

-¿Les interesa que los logros de sus estudiantes también sean medidos por la figuración que puedan tener en distintos certámenes?

Hemos tenido la fortuna de trabajar con distintos talentos, que en un año de clases ganaron y fueron premiados en concursos. Aunque eso es algo que los puede motivar para seguir estudiando, no es necesariamente lo que perseguimos. Nuestra filosofía es el bienestar de los niños y no agotarlos en el camino a una excelencia que tal vez no es algo que a ellos mismos les interese como opción laboral de futuro. Es una gran responsabilidad el detectar y ayudar en el perfeccionamiento de talentos, pero no vamos por un camino que implique retenerlos. Preferimos abrirles el camino y mostrarles nuevas opciones para que sigan avanzando.

Los planes

Además de usar su propio piano, Carla Sandoval trabaja en JACAR con el método Dalcroze. Se trata de una estrategia ideada por el pedagogo y compositor suizo Émile Jacques-Dalcroze, tendiente a enseñar conceptos musicales a través del movimiento.

La pianista aprendió las claves de esta estrategia en la Escuela Moderna de Música y dice que ahora es un sello distintivo de la institución local.

-¿Cómo evalúa su reincorporación al medio local?

De buena manera. Es que me encanta Valdivia y siento que volver fue la mejor decisión ya que me ha permitido aportar a la comunidad con una propuesta que bien puede complementar lo que se hace en otras instancias formativas como por ejemplo el Conservatorio de Música Uach.

Nuestros planes para los próximos años son desurbanizar JACAR, sacarlo de la ciudad y volverlo un lugar que pueda estar en armonía con un entorno más natural. Para eso estamos pensando en construir en otro lado, a la par con la postulación a fondos concursables y la búsqueda de ayuda para fortalecer lo que hacemos. Nuestro sueño es seguir creciendo.

En esa expansión es que también se apostará por la formación de audiencias, con variantes al actual formato de concierto de piano e ilustraciones en vivo que, por ejemplo, se pudo ver recientemente en el festival Toccata, donde Sandoval y Truffert se presentaron frente a niños de la Escuela Francia. "Poco a poco estamos ordenando la agenda y haciendo que este sueño pueda seguir adelante".