Director
Kinesiología
UST Valdivia
Hoy en día, es importante destacar la importancia del envejecimiento activo asociado directamente a la calidad de vida. Y para lograrlo el concepto de "funcionalidad" es fundamental. Esto, consiste en evidenciar que el adulto mayor posea todas las facultades para realizar sus actividades de la vida diaria y pueda enfrentar las demandas del ambiente, viviendo de manera independiente, con autonomía y bienestar durante su vejez.
Para ello la tarea de sus familiares, cuidadores y redes de contacto es vital, ya que deben evidenciar el momento en que se origine la pérdida de sus habilidades funcionales normales, esto determina que la persona, los roles y tareas definidas socialmente se vean afectados, y el nivel de socialización del adulto mayor tiende a disminuir. Con ello, entramos en un ciclo de aislamiento de falta de motivación, y sensación de abandono.
Por tanto, la disminución en la capacidad funcional se afronta de manera más positiva cuando el adulto mayor cuenta con un entorno ambiental seguro, vínculos familiares, un ingreso económico estable y acceso a la atención en salud. De hecho, se ha observado que las redes juegan un papel vital en la adultez mayor, convirtiéndose en el sustento emocional que permite en muchos casos sobrepasar las crisis que se puedan presentar y, además, que los adultos mayores sean reconocidos como personas, mejorando su autoestima, su auto percepción, la eficacia personal y, por ende, la identidad.
Eduardo
Cruzat