Cómo prepararse y qué es lo esencial para ir de camping
CONSEJOS. Experto de la USS indica que no solo se debe tomar medidas relacionadas con el cuidado personal, sino que también hay que preocuparse del medioambiente. OUTDOOR. No es lo mismo pasear a caballo, realizar cabalgatas o participar en una expedición, no sólo por la extensión de las actividades sino también por su nivel de seguridad.
Equipamiento, alimentación, medidas de seguridad y planificación son aspectos esenciales para quien quiere hacer actividades al aire libre. Con mayor razón, si lo que se pretende es permanecer un tiempo más prolongado en un lugar, porque además de cuidar el medioambiente hay que cuidar de sí mismo. La responsabilidad es un aspecto fundamental para evitar accidentes personales y daños ambientales. Es por eso que no solo basta con preocuparse de aquellos elementos que no deben faltar para ir de camping.
Francisco Sánchez, director de la Escuela de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo de la Universidad San Sebastián, dice que "lo primero que uno debe saber bien es el lugar que va a habitar, entendiendo que se trata de conocer el medio donde acamparemos y adaptarnos a eso".
Agregó que "en la zona norte tenemos desierto, después están los valles centrales que incluyen montañas con mejor accesibilidad y el sur y la Patagonia con un clima bien marcado. Esto implica definir tres tipos de equipamiento y formas distintas de explorar".
No obstante, precisa que hay elementos que se repiten o igualan al momento de resolver el tipo de equipamiento y la seguridad que necesitamos para el camping. En ese sentido, el académico de la USS sostiene que nuestro refugio y lugar de descanso es primordial y eso es lo que nos brinda la carpa.
"Si vamos a estar en la playa, las carpas de este tipo son de mayor altura y pesadas, además de que toman más tiempo para armar, aunque nos brindan un entorno seguro, ya que evitan que nos llegue directamente el viento, aunque en sí no tienen un efecto respecto a la temperatura".
La idea es que la carpa impida "la pérdida de calor por convección o contacto del viento con nuestro cuerpo y para elegir una, hay que considerar que existe una amplia gama que está determinada por el precio, la altura y las dimensiones que uno quiere en el interior".
"Después vienen las carpas de estaciones. Están las de dos estaciones que son para los valles centrales que sirven para recibir el viento y las precipitaciones. Son más bajas y livianas que las de playa, son cómodas y permiten un buen descanso, siendo las ideales para las personas que quieren hacer camping".
Un elemento a considerar es el cobertor o cubre carpa, el cual se utiliza para aislar de la humedad y el agua. El problema es que en estas carpas la distancia de este implemento con la carpa es de poco centímetros, por lo que hay que tener cuidado con el viento y no ejercer presión o empujar este cobertor para que no se filtre el rocío o agua. Son carpas ideales porque pueden llevarse en la mochila, son de poco peso y fácil traslado en el caso de una exploración o travesía.
También existen las carpas de tercera y cuarta estación, pensadas para la montaña, pero son de alto costo e innecesarias para hacer camping en zonas que no son muy extremas en cuanto a viento y nieve.
Abrigo y ventilación
Francisco Sánchez indica que para mantener la temperatura corporal y dormir cómodos es necesario elegir bien el saco de dormir. Hay distintas categorías de acuerdo a la temperatura de trabajo óptima y máxima.
En ese sentido, el académico precisa que "la gente se guía muchas veces por la temperatura máxima y compra un saco de 18 grados bajo cero que en realidad funciona en forma óptima a 5 grados sobre cero" y si llega a su tope, termina colapsando y no proporcionando abrigo. Además, enfatiza que para la playa o el valle no se requiere un saco de dormir de tan baja temperatura, sino que uno estandarizado.
Casi tan importante como el saco, será la colchoneta, encargada de aislarnos con el suelo de la carpa y así evitar una pérdida de calor por contacto.
En cuanto a la ropa, la clave es vestirse por capas y Sánchez señala que "la primera que va en contacto con el cuerpo tiene que mojarse y secarse rápidamente, por lo que están hechas de telas muy respirables".
"La segunda capa es para mantener la temperatura y se trata principalmente de la tela de polar, que funciona bien en climas secos, pero cuando hay humedad o lluvia se requiere la tercera capa que puede ser una chaqueta de pluma si es para protegerse del frío y la nieve o impermeable como de Gore-Tex, para que el agua escurra", explica el docente.
Si se trata del calzado, Sánchez dice que un bototo tradicional de caña media es suficiente, porque la clave es el uso de calcetines que permitan mantener los pies secos y a buena temperatura.
Por último menciona, la mochila, la cual no debe ser de mayor tamaño de lo que necesitamos. "Se habla de litros y no de los kilos porque mide volumen del interior, pero que son importantes si se trata de hacer una larga travesía", afirma Sánchez.
Por eso, sostiene que si "vamos a permanecer varios días en la playa, necesitamos un bolso para la ropa y un cooler donde guardar la comida, pero si se trata de un camping para luego moverse y explorar, hay que elegir una mochila que limite el peso de trabajo, de acuerdo al tamaño de la persona".
Recomendaciones antes de hacer
un paseo a caballo o cabalgata
Hay que tener claro que en cualquier actividad con caballos el riesgo no es menor "porque estás interactuando con un animal que pesa cuatro o cinco veces más que una persona". Así lo señala Sergio Loyola, coordinador del Centro Certificador y académico de la carrera de Ingeniería de Gestión en Expediciones y Ecoturismo de la Universidad San Sebastián, quien enfatiza la relevancia que tienen los diversos tipos de actividad con caballos y sus niveles de exigencia.
"Los paseos a caballo son de menos de tres horas y se realizan por senderos o lugares que no revisten mayor riesgo o exigencia para el animal y las persona. Implican un buen adiestramiento de los animales para prevenir caídas o accidentes. De allí lo importante de mantener siempre el control del caballo y estar siempre atento al desplazamiento y reacciones del animal, explica Loyola.
El académico añade que el problema es que los paseos a caballo no están tan normados como las cabalgatas o expediciones a caballo. "A veces, algunas personas o arrieros obtienen permisos locales para ofrecer este servicio, pero la seguridad no siempre está garantizada. En especial por el tipo de cabalgaduras y estado de los aperos que se usan".
En cambio, la cabalgata es "cualquier desplazamiento a caballo por más de tres horas y hasta 7 días. De ahí en adelante, se llaman expediciones a caballo y constituyen un medio para acceder a lugares más lejanos. Estos tienen otro nivel de dificultad", indica Loyola.
Es importante saber que "en una cabalgata no pueden ir más de seis personas por guía. Además, los aperos de los animales tienen que estar en buenas condiciones, especialmente los estribos, la cincha, la montura y las riendas, para prevenir caídas"
"El otro nivel de riesgo para esta actividad se da en la doma o amansamiento. Se puede notar si la persona le pregunta al arriero o a quien está a cargo cuáles son los animales más mansos o dóciles mientras están en la tropilla o agrupados, para que los usen quienes tienen menos experiencia y especialmente los niños".
También hay que ver el nivel de acostumbramiento del caballo de andar en tropilla, porque puede estar muy bien domado y ser manso, pero a lo mejor no tiene la costumbre de andar con otros animales y en la proximidad de unos con otros en senderos estrechos, va a querer ir adelante y se terminan mordiendo o pateando", con el consiguiente peligro de caída para el jinete.
Otro aspecto a considerar es el bienestar y el cuidado del animal y Loyola dice que "lo importante es que tenga sus herraduras bien puestas. Por ningún motivo montar un caballo que no esté herrado, para evitar riesgos de heridas. Además, el animal tiene que estar bien alimentado e hidratado".