Al Vuelo

E-mail Compartir

En calle Pérez Rosales es posible observar este insepulto cadáver mecánico, cuyos días de arrogancia y gloria quedaron perdidos en miles de kilómetros y decenas de años de uso. La escena recuerda que hace mucha falta habilitar cementerios de automóviles para que no queden botados en las calles cuando les llegue su hora.