Patricia Maureria
A través de la presente, quiero rendir un homenaje póstumo a la señora Patricia del Carmen Maureria Baeza (Q.E.P.D.), fallecida el pasado jueves 14 de febrero, la cual fuera cónyuge del destacado ex periodista del Diario Austral, don Juan Vargas Oñate.
Doña Patricia fue un ejemplo de entrega al prójimo como voluntaria de la Cruz Roja y una persona muy apreciada como funcionaria del Terminal de Buses de Valdivia.
Gustavo Roa Peña groap@outlook.es
Para un hombre bueno
Ha partido un hombre bueno, no perfecto, pero de una moral y bondad superior. Don Angelino Leal Ríos, tres veces Alcalde de Máfil y dos veces Concejal ha dejado este mundo. En sus 80 años de vida, fue un hombre dedicado a la tierra, a su gente y por sobre todo, un servidor, que sentía, creía y practicaba el ayudar a sus conciudadanos a través del ejercicio de la actividad pública. Le conmovía fuertemente la pobreza, especialmente las familias sin hogar y las carencias de sus queridas familias campesinas.
Como agricultor y funcionario de Indap conocía como nadie las necesidades del mundo rural, siendo siempre su norte y razón de ser como autoridad y funcionario público. Ejemplos de su dedicación son muchas, y muchos los que podrán testimoniarlo y que hoy también lo llorarán.
Pero junto al hombre generoso, ético y altruista, Don Angelino fue un tipo visionario. Hasta el último día soñó Máfil y trabajó incansablemente para ello. Grandes iniciativas que se han desarrollado, van a ser parte de ese legado poniendo en cada una de ellas toda su dedicación y corazón. Fue un amante y promotor de la cultura, especialmente de la poesía, la cual le emocionaba hasta el alma y escuchaba o leía asiduamente. Un hombre moderno, que nunca terminó de fascinarse con el avance de las tecnologías. Un hombre humilde, que no gustaba de las pompas y galas protocolares propias de los cargos que asumió, que nunca ejerció su autoridad desde una perspectiva de poder y que por lo mismo nunca abusó del mismo para un interés particular; su oficina podía ser su casa, su tractor, la plaza o la calle, pero jamás una audiencia o una traba burocrática para hablar con él; un verdadero demócrata que jamás condicionó nada por algún criterio político o de otra índole, ni desacreditó a nadie porque pensara diferente a él. Don Angelino, para los tiempos actuales, es una figura que golpea con sus atributos la soberbia de la clase política actual, pero también nos señala que dedicarse al servicio público es una tarea noble que vale la pena emprender y quienes tuvimos el privilegio de ser sus colaboradores, nos obliga a no olvidar.
Prof. Juan Carlos Carrasco N.
Mg. en Desarrollo Rural(c)-UAChAngelino Leal Ríos
Desde la vecina comuna de Río Bueno, Angelino, muy joven, junto a su familia, llegaron a avecindarse a la comuna de Máfil, por razones de trabajo. Pronto hizo suya esa nueva comunidad para trabajar y colaborar con la gente. Fue Alcalde por tres períodos consecutivos, desde el año 1992 hasta el 2008. A partir de esa fecha se mantuvo ocupando el cargo de Concejal hasta su inesperado fallecimiento por causa de una fibrosis pulmonar.
Angelino, mientras se desempeñó como edil, tuvo un comportamiento a la altura de los grandes líderes, que sacrifican todo, incluyendo el bienestar personal y familiar, para atender las necesidades de los pobladores. Muy poco antes de su desaparición, siendo Concejal, vestido con ropas de trabajo, los vecinos lo podíamos ver por distintos lugares rurales manejando su vetusto tractor verde, en el cual seguía trabajando hasta el final, a pesar de su letal enfermedad, como cualquier hijo de campesino.
En innumerables veces se quedó en panne por los viejos y gastados neumáticos y a punta de ñeque, con un combo, cincel y llaves de cruz salía adelante.
Por ser parte de la familia lo visitamos en la víspera de su partida, pero para saludarlo, sin esperar lo peor.
Me asomé a su dormitorio ,me hizo pasar, me estrechó afectuosamente y con fuerza, su callosa y trabajada mano de obrero agricultor y me dijo, con voz clara y segura: "Tengo todo ordenado, indiqué mis acreedores y otros encargos familiares, ordinarios y cotidianos.Dejé todo arreglado".
Me consta que desde su lecho siguió dando instrucciones para solucionar posibles problemas en el futuro. ¿Quién más que él? Responsable, en el momento cúlmine de un herido de muerte. Canceló todas sus deudas terrenales y para su pecunio personal, nada.
Hombre ciento por ciento altruista, que cumplió con su palabra de honor: dar, ayudar, colaborar, gestionar, participar, desarrollar proyectos y programas para su gente y comunidad.
Siempre ayudó sin saber a quién y si no tenían como pagar, nunca le importó, por lo que recibió críticas, él era, fue y se fue feliz. Se cuenta que muchas veces sacó dinero de su billetera y donó techo de su casa y otros implementos, de su propiedad, para los más necesitados
Y como corolario de su vida, sencilla, humilde y ejemplar, solicitó, en cuanto deje este mundo ser sepultado con sus ropas de trabajo: pantalón de mezclilla, chaqueta ordinaria, bototos y su clásico gorro del chavo, como le decían.
Luis Omar Sepúlveda Navarro doncoyosepulveda@gmail.com