Fernando Huenchullanca es académico Uach, arquitecto asesor de la Agrupación de Ciegos del Sur y uno de los profesionales locales que ha seguido de cerca la forma en que las ciudades deben comportarse frente a la accesibilidad universal. Aunque parece obvio, dice que algo fundamental es que no existan obstáculos en las vías. "Pertenecemos a una cultura donde todo está pensado para la vista y eso plantea una disyuntiva entre lo funcional y lo estético. Asegurar la accesibilidad universal tiene que ver con pensar la ciudad desde la perspectiva de los no videntes, de los adultos mayores y de todos quienes tienen problemas de desplazamiento", dice.
Y agrega: "No asegurar el acceso a todos a un edificio bien puede ser considerado como un acto de discriminación y es ahí donde el diseño juega un rol fundamental, al plantear propuestas que no nos lleven a esos escenarios. La arquitectura tiene que estar ligada a la acústica, a las texturas, más que espacios físicos, lo que habitamos son espacios desde la percepción y eso es un tremendo desafío. Valdivia ha mostrado buenos avances, pero siento que algunos de ellos no se hicieron de la mejor forma, como por ejemplo la huella podotáctil que indica el camino de los no videntes que la puedes encontrar irregularmente cerca o lejos del borde de los edificios; siendo además de un tipo que no es la que corresponde al del bastón que los ciegos usan con mayor frecuencia en Valdivia".