La lejanía y los reencuentros marcan el ritmo de "El hombre del futuro", lo último de Felipe Ríos
CINE. La cinta fue elogiada en el Festival de Karlovy Vary. Su protagonista fue destacada con premio "Artista revelación".
Michelsen (José Soza) es un curtido camionero que recorre el extremo austral del continente desde hace mucho tiempo, tanto así que lo llaman "El Cristóbal Colón" de las rutas patagónicas. Es padre ausente de Elena (Antonia Giesen), una muchacha que está a punto de salir de cuarto medio y practica boxeo. Ella vive junto a su madre (Amparo Noguera) en Cochrane, un lugar que la asfixia y del que quiere marcharse. Con problemas de salud y la culpa de no haber estado presente como padre y esposo, Michelsen emprende su último viaje ya en calidad de jubilado, ansioso por saldar cuentas afectivas. Esas son las sugerentes líneas de "El hombre del futuro", ópera prima del cineasta chileno Felipe Ríos.
La cinta ya tuvo una cálida recepción en el Festival Karlovy Vary, se realiza en la República Checa. Sobre la experiencia de estar en esa instancia, el director comentó que "es un sueño (...) me hace muy feliz el que la gente se pueda emocionar, que pueda conectar con la historia, con los personajes con los espacios de un lugar tan lejano como la Patagonia chilena".
En el mismo festival Antonia Giesen fue galardonada ayer con el premio "Mención especial del jurado artista revelación" por su actuación en la película, la primera en la historia del país suramericano que compite en el certamen checo.
Coproducción
"El hombre del futuro" llegará a los cines nacionales en el SANFIC 2019, que se desarrollará entre el 18 y 25 de agosto en la capital. A partir del 29 de ese mes se exhibirá también en una red de salas nacionales.
El filme fue filmado hace tres años y es una coproducción chileno-argentina bajo el alero de la productora nacional Quijote, Sagrado Films y Unión de los Ríos de Argentina. Fue rodada en lugares como Coyhaique, Cochrane, Villa O'Higgins, Caleta Tortel y Campos de Hielo, y la fotografía se despliega por los descomunales paisajes patagónicos y los verdes de la selva húmeda. El director pone el recorrido del lente por los rostros de los protagonistas, intercambio que sellan una intensa relación sin muchas palabras, parca de explicaciones pero rebosantes de miradas cargadas.
En el camino hay compañeros de ruta, para el caso de Elena es el camionero llamado "El Cuatro Dedos", rol a cargo de Roberto Farías, la que contrasta con la introversión de los otros protagonistas. También hay una mochilera que sube a bordo del camión de Michelsen, una aventurera que captura sonidos del bosque a cargo de la actriz argentina María Alché. Otros roles los asumen Gianinna Fruttero; como la amiga novia de Elena y el personaje de Solange Lackington como un antiguo amor de ruta de Michelsen.
Sobre las dificultades de rodar en lugares geográficos extremos, el director explicó que le interesaba tomar ese riesgo porque quería "plasmar la sensación de estar viajando". Para ello el equipo de filmación grabó escenas en el interior de los camiones en movimiento, circulando por rutas difíciles y caminos peligrosos bajo condiciones de clima muy adversas. "Todo eso nos dio una capa muy interesante que es la experiencia completa del proceso desde el rodaje (...) En la película se refleja que la naturaleza tiene su propio tiempo".
Ríos destacó que la película "se trata sobre reencuentros y sobre lo importante y difícil que es perdonar. Es una película muy íntima y que apunta a tratar de conectarse con lo emocional. Es una historia sobre cómo nos podemos sanar accediendo al perdón".