Vivimos en una sociedad altamente compleja, y muchos no dudan en señalar que estamos en una crisis de los valores, asociada al individualismo y el consumismo. En esta línea, debemos manifestar que esto no es sólo una cuestión personal, dado que muchos de sus efectos se pueden observar en distintos ámbitos. Y vemos que se convierte en un problema social que tiene relación con conductas poco éticas en la economía, política, organizaciones públicas y privadas.
Frente a este diagnóstico, que para nadie debe resultar desconocido, es necesario realizar un análisis de qué nos está ocurriendo como personas individuales y como sociedad en conjunto. A partir de ello se debe asumir un rol que signifique un aporte para transformar esta situación.
Desde esta perspectiva, creo que el primer paso que debemos dar como individuos es reconocer la centralidad de la persona humana, y esto porque en muchas oportunidades se aman más las cosas que adquirimos; y a las personas las utilizamos. En ese sentido, existen valores que son inmutables y con los cuales no se puede transar: El amor, la verdad, la honestidad, la dignidad de la persona, entre otros, son principios y valores que nos distinguen.
Este mundo globalizado e hiperconectado, muchas veces nos hace olvidar al ser humano afectado con cada acción que realizamos. Por ejemplo, no nos cuesta mucho destruir a una persona por redes sociales y, del mismo modo, se realizan conductas reñidas con la ética y la moral, porque hemos dejado de ver a las personas.
Esta realidad es la que debemos cambiar, y en esto las instituciones de educación superior tenemos que asumir un rol, y el cual se vincula directamente con los procesos formativos de los futuros técnicos y profesionales.
Las casas de estudio debemos formar mejores personas, y para ello tenemos que compartir un sello valórico que haga del futuro técnico o profesional, un ser humano que busque trascender siendo un aporte a la sociedad y que no solo desee tener un título que le permita acumular cosas.
En Santo Tomás, estamos enfrentando esta crisis formando profesionales y técnicos integrales que pondrán siempre en el centro al ser humano.
Laura Bertolotto Navarrete
Rectora Santo Tomás Valdivia