En Paillaco y Valdivia los fieles católicos celebraron ayer el Día de la Virgen del Carmen. En la capital regional, cerca de 60 personas fueron las que se sumaron a la tradicional procesión del barrio Collico que comenzó a las 14 horas en el cruce ferroviario y contó con el acompañamiento de la Banda Renacer de Las Ánimas en su recorrido hasta el templo de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.

La figura de la Virgen fue recibida en la iglesia que lleva su nombre, por al rededor de 250 fieles, quienes aplaudieron y cantaron en su honor. La jornada estuvo dirigida por el párroco Carlos Martínez, quién llamó a la comunidad a mantener su fé y la unidad en la iglesia.

"Es importante que mantengamos nuestras tradiciones religiosas. No podemos perder la devoción por la virgen en las comunidades, ya que son momentos en que se fortalece la propia fé de cada parroquia", manifestó.

Este año, la celebración estuvo marcada por una incesante lluvia y un gran frío, lo que no detuvo a los devotos a participar del tradicional recorrido y posterior eucaristía. Así lo describió la argentina Norma Gregorio, quien por más de 20 años ha participado de esta conmemoración. "En Argentina yo ya participaba ya que pertenezco a la tercera orden de las Carmelitas descalzas de la Virgen del Carmen", contó.

"Es importante para nuestro interior participar de este encuentro cristiano, dar amor, compañía. Son cosas que uno no consigue en otro tipo de instancias,", agregó la mujer.

Enb Collico, la celebración de la patrona de Chile contó también con un pie de cueca preparado por el conjunto folclórico del sector, como parte de la tradición de la fiesta.

Paillaco

Al igual que en Valdivia, en el sector de La Luma, en Paillaco, cerca de 300 fieles se reunieron en la Capilla Nuestra Señora del Carmen para una celebración que comenzó a las 15 horas y fue oficiada por el padre Gonzalo Espina, administrador apostólico de la diócesis, quien además encabezó algunos bautizos y confirmaciones de niños, jóvenes y adultos de la misma comunidad.

En este caso, el festejo estuvo amenizado por el conjunto folclórico El Rosal, culminando con un gran asado.

"Fue una celebración a la chilena muy linda que culminó con un gran asado preparado por la comunidad católica rural", expresó el padre Luis Gallardo, párroco de Paillaco, añadiendo que "fue además importante porque el padre Espina llamó a los fieles a transmitir el evangelio".