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Colección de 5.000 libros de Manfred Max Neef fue donada a la Uach

DESPEDIDA. Familiares, académicos y amigos del ex rector fallecido el jueves, le brindaron un último adiós en el Campus Isla Teja. La facultad que integró administrará nueva biblioteca.
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Daniel Navarrete Alvear

En el edificio de la Dirección de Asuntos Estudiantil (DAE) fue la despedida de la comunidad académica de la Universidad Austral de Chile, a su ex rector Manfred Max Neef. El ganador del Nobel Alternativo de Economía en 1983, ecologista y ex candidato presidencial, falleció el jueves a los 86 años de edad y sus restos fueron velados en el Aula Magna UACh, cuya construcción ocurrió durante su ejercicio como rector de la casa de estudios superiores, entre 1994 y 2002.

Familiares, amigos, estudiantes y cercanos se volvieron a reunir ayer en una ceremonia especial, en la que se valoró el legado de quien fuera decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas y director del Instituto y Economía. A esta unidad académica es que precisamente fueron donados cerca de 5.000 libros de la biblioteca personal de Max Neef. Estarán a disposición de los alumnos en el edificio de la facultad, en la Isla Teja.

Grandes lecciones

El encuentro realizado en la DAE contó con la intervención de la pianista Eva Muñoz, quien interpretó "Noviembre" de Fanny Mendelssohn y del Coro Uach que dirige Hingrid Kujawinski.

Fue un espacio para la memoria, donde las nietas de Manfred Max Neef reconstruyeron algunos de los momentos más importantes junto a quien solían llamar "Freddy". "Desde pequeña siempre pensé que era la persona más alta del mundo. Muchos de ustedes lo pueden haber conocido como profesores, sin embargo yo fui una de las privilegiadas que lo conoció como abuelo. Entre mis recuerdos favoritos está mi afición por contestar el teléfono fijo de la casa cuando él llamaba y me decía riéndose 'hola telefonista, cómo estás'. Nunca olvidaré sus maravillosas historias", dijo Sofía. Y Elisa agregó: "Mi abuelo era un hombre bastante particular. Cuando tenía 9 años fuimos a comprar a la feria fluvial. Recuerdo el miedo que me daban los lobos marinos y también recuerdo que fue gracias a él que aprendí a querer a los animales. De él también aprendí grandes lecciones. Sin duda la más importante es querer hacer un mundo mejor. Es el gran legado que dejó en mí. Cuando algo termina, no siempre significa el final".

La actriz Magdalena Max Neef también tuvo palabras para recordar a su padre y acompañar a su madre, Gabriela de Amesti. En su intervención, citó un texto escrito para el libro "80 años de un economista, músico y visionario", autoeditado en su momento con motivo del cumplimiento de ocho décadas de vida del economista. "Nunca he sido de las que piensan que la cantidad reemplaza a la calidad. Creo que es una excusa para mitigar la culpa de los padres y madres ausentes. Sin embargo, como en casi todo, parece haber una excepción a la regla. Y como casi siempre, la excepción a la regla eres tú (...) nunca me faltaste. Cuando yo era chica, sentía que tú podías solucionarlo todo. Si se me presentaba una enfermedad incurable, tú encontrarías el remedio. Si necesitaba un objeto inexistente, tú encontrarías la manera de inventarlo", dijo.

De Manfred Max Neef, también recordó aquellos años en que infructuosamente intentó ser comerciante de quesos, huevos y legumbres a domicilio; de su vida en el exilio; de su fascinación por los compositores Ludwig van Beethoven y Franz Liszt; del ritual de cada noche de alimentar con galletas a su dos perros; y de que solamente él se ponía su propio reloj.

Elena Muñoz y Gabriel Prieto, colegas de elenco Magdalena Max Neef en diversas comedias teatrales, igualmente manifestaron su pesar. "Le quiero agradecer todo el cariño que nos dio. También siento que era el hombre más grande del mundo. Estando a su lado, sabías que nunca te iba a pasar algo malo. Era una persona capaz de contenerte emocionalmente y que con su brillantez intelectual, te hacía sentir como si fueras un hijo más de la familia", dijo Prieto.

Desde la academia

Manfred Max Neef fue uno de los impulsores del Magister en Desarrollo a Escala Humana y Economía Ecológica. Esa herencia académica y otros logros para la casa de estudios superiores, fueron destacados por su pares. "Su deber académico fue una tarea que realizó con mucho amor hacia sus estudiantes y a través de la cual nos representó dignamente ante los exigentes estudiosos del pensamiento económico. Si tuviéramos que definir a nuestro maestro y compañero de labores, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que fue una persona comprometida con la sociedad, el desarrollo económico, el valor de las personas y la lucha contra la desigualdad", dijo Juan Carlos Miranda, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas.

El doctor en Economía, Teodoro Kausel, que junto a María del Valle Barrera escribió el libro "80 años de un economista, músico y visionario", valoró que Max Neef decidiera hacer gran parte de su carrera en Valdivia. "Muchos venían de afuera, cumplían y se iban. Él decidió quedarse y seguir aportando con la universidad y la ciudad, cuando pudo haberse ido a cualquier otra parte del mundo. Siempre fue una persona súper generosa y abierta a ayudar y se caracterizó también por no ser nunca rencoroso".

Alfonso de Urresti, vicepresidente del Senado, igualmente apuntó a los aportes de Max Neef a la sociedad chilena. "Nos deja un legado de que otro mundo es posible y de que tenemos que seguir peleando por cuestionar este sistema y por pensar que el desarrollo a escala humana es un desafío para nuestra sociedad, para combatir el cambio climático y las desigualdades. Hay una generación, en la cual me incluyo, que fuimos fervientes seguidores de sus ideas, desde una izquierda que piensa que el desarrollo, además de las condiciones materiales, debe estar acompañada de una dimensión ambiental y ética", dijo el parlamentario.

Por una mayor presencia UACh

El rector de la Universidad Austral de Chile destacó que gracias al trabajo de Manfred Max Neef como académico y ex rector, la UACh logró tener mayor presencia nacional e internacional. "Siempre mostró un gran compromiso con todas las actividades a las que era convocado. De personalidad fuerte y apasionada en la defensa de sus ideales; y al mismo tiempo un académico cercano a sus estudiantes. Fue ejemplar como rector, que hizo de la universidad y de Valdivia su lugar de vida y su pasión", indicó la autoridad.