Saqueos, incendios intencionales y atentados contra locales comerciales e instituciones han marcado las últimas jornadas en Los Ríos y en todo el país. Imágenes de desórdenes y daños se suceden en redes sociales y noticieros de prensa, ensombreciendo el panorama y alejando el foco de las manifestaciones sociales desde las demandas comunitarias, hacia hechos que no pueden ser calificados de otra manera más que delictuales.
Pequeños grupos de exaltados atentan contra la paz social y, al hacerlo, desvían la discusión de fondo planteada en estas semanas, generando miedos entre la mayoría de la población, que quiere vivir tranquila y cuidar a sus familias en un espacio seguro.
En este contexto, la jornada del lunes fue intensa y dolorosa en Valdivia, dejando una sensación de desolación en muchos sectores.
Afortunadamente, frente a lo ocurrido se han levantado voces y surgido críticas a estas prácticas destructivas, que nada tienen que ver con las demandas sociales planteadas para disminuir la inequidad. Al contrario, si se observa detenidamente, la destrucción y el desorden solamente logran ahondar las desigualdades y sembrar pobreza, porque implican pérdidas de puestos de trabajo, daño a los bienes públicos y retrocesos sociales. Además, ellas interfieren en las posibilidades de superar diferencias y solucionar los problemas.
Como decía el himno de la campaña del NO en el Plebiscito de 1988, solamente se puede "vencer la violencia, con las armas de la paz" y esas herramientas son las mismas que construyen una democracia sólida: diálogo, respeto, búsqueda de bien común, respeto por las leyes y los derechos de las personas.
Los Ríos nació gracias al uso de esas "armas de paz". Sin violencia. Esta zona se caracteriza por ser un espacio donde se debaten ideas, se plantean diferencias de opiniones y se cambian estructuras utilizando la razón. Así se logró reformar la Constitución para crear una Nueva Región; así se consiguió ahondar las normas de protección medioambiental, se levantaron las demandas de igualdad de género y hace pocos días se marchó pacíficamente pidiendo fin de los estados de excepción. Por lo mismo, aquí no cabe más que condenar los actos vandálicos. Todos ellos.