Padre Ivo
Como párroco de Iglesia La Merced (1982-1988), el padre Ivo Brasseur, alentó las lecturas bíblicas, solidaridad en los fieles, participación de laicos en cursillos de cristiandad y encuentros matrimoniales; organizó grupos de ayuda fraterna y "Trabajo para un hermano", creó un comedor para niños y otro de universitarios.
En aquellos años, los templos de calle Aníbal Pinto y Bueras (Barrios Bajos) se repletaban de fieles en las cuatro misas (una en sábados y tres en domingos). Cuando necesitaba algún apoyo pastoral, visitaba nuestro hogar y, un día me pidió realizara misa en un domingo (celebración de la palabra), debido que él se ausentaría de Valdivia.
Una anécdota en plena dictadura, ocurrió en celebración de catequesis y, siendo él nuestro invitado, pedí a los asistentes que cantaran con entusiasmo el himno de Abraham, pero, solo logramos cantar: "Abraham el eterno creyente, Abraham el amigo de Dios…", aquí, el padre Ivo, nos interrumpió y cantó él solo, con algo de gracia: "Todos juntos el cuatro de septiembre, por Allende vamos a votar".
Por error involuntario de mi parte, había enseñado el himno de Abraham, utilizando la melodía contagiosa de publicidad radial en favor de la candidatura del ex Presidente Salvador Allende.
Derico Cofré Catril derico.cofre@hotmail.com
Pilar solidario
El pilar solidario beneficia a más de 1.556.000 mayores de 65 años, pertenecientes al 60% más vulnerable del país. De ellos, 590.000 personas reciben la pensión solidaria de $110.905 -para quienes nunca cotizaron-, y otras 967.000 personas reciben el aporte previsional solidario, para pensiones menores a $325.000.
Claramente el monto de la pensión solidaria es bajo, y por lo mismo la reforma previsional del Presidente Piñera considera un aumento de un 20%, y un segundo aporte adicional para los mayores de 75 años, pero hay que tener mucho cuidado con quienes claman por una pensión solidaria igual al sueldo mínimo vigente, lo cual significaría que el Estado se hiciera cargo de manera directa en 600.000 sueldos mínimos, y 950.000 sueldos mínimos parciales.
Anclar el pilar solidario al sueldo mínimo es peligroso, frenará futuros reajustes del sueldo mínimo, y peor aún, pondrá presión a la inflación, pues une un sueldo mínimo que se basa en productividad, con un pilar solidario que es un beneficio del Estado basado en recursos limitados.
Eduardo Jerez Sanhueza eduardo@masprevision.cl
Egon y Juan Andrés
Las opiniones de dos académicos de nuestra Universidad Austral, (Diario Austral 03.11.2019), respecto a la situación que hoy vive Chile, revelan el grado de distanciamiento que existe sobre una misma situación, en la mirada de dos personas, ambas con un alto grado de profesionalismo, doctores en sus respectivas áreas. Montecinos y Varas (puestos así por orden alfabético), fueron intendentes de la Región de Los Ríos y, en consecuencia, conocieron de primera fuente los problemas, no solo del territorio regional, sino los comunes a todo el país.
Ambos coinciden en la mayoría de los temas referidos a regionalización, universidad, Derechos Humanos, superación de la pobreza y otros. ¿Cómo conciliar entonces sus tan diferentes miradas en lo que la ciudadanía hoy reclama en la calle a sus líderes?
No se trata del análisis de lo que se ha denominado "Agenda Social", con medidas urgentes y a corto plazo; sueldo mínimo, pensiones, medicamentos, etc. en lo que todos parecen estar de acuerdo, sino de "la demanda más sustantiva", base del descontento ciudadano: rediseñar el modelo neoliberal o cambiarlo de raíz, a través de una nueva Constitución, moderna, democrática y, a mayor abundamiento y claridad, redactada en Democracia.
Mientras Varas propone avanzar desde una economía de mercado a una economía social de mercado, vía leyes ordinarias, Montecinos apuesta por un cambio del modelo económico y de las reglas del juego de la convivencia social.
Varas declara que el cambio de nuestra Carta Magna, es una posibilidad, pero le atribuye un valor más bien simbólico que práctico. Montecinos, en cambio, apunta que el origen del problema radica en la actual Constitución.
¿Cómo conciliar entonces dos líneas paralelas de pensamiento, que parecen no tener un punto de encuentro? Pregunta difícil de contestar. ¿Será que las demandas reclamadas por décadas desde la Sociedad Civil, desoída hasta ahora por la clase política, sean finalmente recogidas por esta? ¿O que la ciudadanía, libremente auto convocada, propositiva, ordenada, transversal e inclusiva, vinculante en sus decisiones, sea la llave que abra las puertas del entendimiento?
Egon y Juan Andrés, doctores del pensamiento humanista -tan iguales y cercanos, tan distintos y lejanos- necesitarán un alto grado de humildad y generosidad, para escuchar lo que la ciudadanía demanda y así, todas y todos, imbuidos en este mismo espíritu, llegar al ansiado puerto, a la Ítaca que, terminada nuestra odisea, nos espera: un nuevo Chile, lleno de esperanza, respeto mutuo, solidaridad y honestidad, en aras del bien común, basado además, en el respeto al medio ambiente y un crecimiento equitativo y sustentable.
Jaime Matamala Elorz Sec. Ejecutivo Comité Nueva Región