Fabricación de un violín y de un rabel marcó cierre de taller local de luthería
CAPACITACIÓN. Ambos instrumentos de cuerda fueron hechos como parte de un proyecto del Conservatorio de Música de la Uach.
Por segundo año consecutivo y gracias a recursos del Fondo de la Música, el Conservatorio de Música de la Universidad Austral de Chile implementó un taller de luthería. En 2018, la experiencia tuvo una orientación formativa bajo la guía del luthier Javier Carvajal, lo cual permitió darle continuidad en 2019 con presencia de expertos internacionales que orientaron el trabajo de fabricación de instrumentos.
Durante la temporada visitaron Valdivia: Pilar Garza (México), Daniel Guzmán (México) y Daniel König (Alemania). Para el trabajo de taller fue reutilizada una pequeña bodega ubicada a un costado del ingreso al Conservatorio Uach, en calle General Lagos N° 1107. En el lugar, para el que se compró herramientas especiales, se realizó las clases y la fabricación de tapas de guitarra, de objetos ornamentales, de violines, un violín y un rabel medieval. La labor fue con maderas como raulí, abeto y arce, más ébano (traído desde Alemania) y pergamino (traído desde México).
Continuidad
Wladimir Carrasco, académico del Conservatorio, fue el coordinador de la experiencia que sirvió para retomar los contenidos sobre luthería que originalmente dictaba la otrora Facultad de Bellas Artes Uach, hace más de cuatro décadas.
Según explica, gracias a los talleres se pudo determinar el gran interés actual que hay por retomar la actividad. "Y nos dimos cuentan también que hay muchos músicos que buscan especializarse, que tienen conocimientos avanzados, por lo que es necesario buscar las formas de darle continuidad a este proceso", dijo. Y agregó: "Con los procesos de iniciación y posterior trabajo práctico, hemos estructurado una metodología que ahora nos plantea el desafío de retomar la luthería como parte de la formación académica de nuestros estudiantes, pero no solo como un taller, sino como parte de las opciones académicas del conservatorio".
El proyecto consideró 28 cupos. El violín, que fue bautizado como "Luchín", aún no está terminado. La idea es completar su fabricación para dejarlo a disposición de algún intérprete para conciertos. Ello sería parte de la exposición pública de los resultados de los talleres, junto con fotografías, testimonios y lo que resultó del trabajo con distintas maderas.