Frases
"Proponemos como vía de solución la Convención Constitucional, con plebiscito de entrada y de salida…"
— Comunicado de Renovación Nacional"La nueva Constitución es la demanda ciudadana más sentida…"
— Carlos Maldonado, presidente PR"Proponemos como vía de solución la Convención Constitucional, con plebiscito de entrada y de salida…"
— Comunicado de Renovación Nacional"La nueva Constitución es la demanda ciudadana más sentida…"
— Carlos Maldonado, presidente PRLa profunda crisis que remece a Chile en estos momentos ha evidenciado la necesidad imperante e impostergable de cambios que lleguen hasta los cimientos de nuestro convivir, y puedan responder de forma representativa y legítima sobre el tipo de sociedad que queremos construir.
De esta manera, es vital comprender la profundidad del cambio que está solicitando la sociedad chilena.
Es análogo al cambio de percepción cuando se ha tenido una vivencia muy fuerte como un accidente grave o una experiencia cercana a la muerte. En estas circunstancias no es infrecuente que se genere un cambio valórico profundo donde se prioriza y valora lo que realmente es importante para las personas.
Así frecuentemente son las relaciones humanas, los afectos y no las cosas o los bienes materiales los que emergen como relevantes en la vida.
No obstante, este nuevo inicio no es calculista, no se puede actuar o imitar, se debe vivenciar con todo el cuerpo. No es un "marketing del Ser" que busca algunos acomodos añejos o un discurso que incluye conceptos de equidad o justicia, pero descarnados del sentir.
Se requiere de actos que reflejen una coherencia con los cambios valóricos que moviliza a la ciudadanía por una sociedad más equitativa, enfocada en el bien común y no en la agenda de unos pocos.
De lo contrario nada ha cambiado realmente: las voces no fueron escuchadas, el sentir no fue encarnado, el impacto fue periférico. El oportunismo continúa y es sólo un maquillaje que ya nadie quiere ver.
La sociedad en su conjunto ya despertó a la transformación que implica una nueva percepción.
Ya no se buscan ajustes menores o cambios para encajar un modelo obsoleto a los nuevos tiempos.
Los cambios solicitados deben ser desde los cimientos, desde las raíces que se intercomunican entramando un tejido social que nos contenga a todas y todos, porque es el reflejo de una sociedad que se apoya, empatiza y se cuida como valor principal.
Álvaro I. Langer
Todos los hechos de violencia presenciados en los días recientes en la región y el país deben ser condenados y frenados. En eso no hay discusión. Ellos no solamente son graves en el momento que ocurren y para las víctimas que los sufren, sino que tienen consecuencias sociales de largo plazo, porque fracturan la convivencia y ahondan las razones para discrepar.
En el caso de la situación ocurrida con la Iglesia de San Francisco esas secuelas son especialmente dolorosas, porque no se trata solamente del ataque a una iglesia y lo que ella representa para algunos creyentes; ahí hay un daño directo a un importante patrimonio regional. Uno que representa historia, pero también espíritu valdiviano; algo que está por sobre las opciones religiosas que cada uno tenga.
Por casi 500 años (el primer recinto fue levantado a fines del siglo XVI y el actual fue restaurado en 1977) en ese lugar han encontrado refugio material y apoyo los perseguidos y postergados. Sus puertas siempre estuvieron abiertas para recibir -según la época- desde heridos de guerras, a disidentes de gobiernos opresores, defensores de causas sociales y personas vulnerables en busca de alimento. Su comunidad laica trabaja incansablemente y ayer fue ella misma la que llegó desde temprano a reparar, limpiar y volver a levantarse (ver nota página 6).
Así visto, no hay justificaciones para lo sucedido. Aunque en redes sociales circulen comentarios que apunten a explicar el hecho por la rabia que algunos puedan tener por razones diversas (colonialismo, silencio, machismo, repudio a los casos de pedofilia cometidos por sacerdotes, ateísmo, etc.); no se puede avalar que se cometa una acción delictual de odio, para responder a otra igualmente condenable. Así no hay justicia, solamente venganza. Y eso no debiera caber en una comunidad que valora la democracia, como lo hace la valdiviana.
Claramente, deben terminar las acciones de violencia. Todas ellas, insistimos. Y es preciso que ahora, tal como se oyeron las campanas de San Francisco cuando era atacada en la madrugada de ayer, se hagan escuchar muchas voces trabajando por la paz y para frenar todo tipo de hechos que arrasan con el respeto que las personas y las instituciones merecen.
Un grupo de individuos apedreó y lanzó panfletos amenazantes de madrugada contra la vivienda del médico, ex alcalde de Valdivia y ex parlamentario Jorge Sabat, quien anunció la presentación de un recurso de protección. Los volantes aparecían firmados por supuestos movimientos de izquierda de diversas tendencias.
A un punto muerto llegó el diálogo que sostuvieron autoridades de la provincia y voceros de las comunidades mapuches que mantienen tomados cinco fundos en la comuna de Panguipulli. El gobernador Iván Flores comunicó a los dirigentes que no habrá más conversaciones mientras los predios no sean desalojados.
El director nacional de Infraestructura del Instituto de Rehabilitación Teletón, Mauricio Arretx, anunció que este verano deben iniciarse las obras de construcción del Centro Teletón de Valdivia, que tendrá dos mil metros cuadrados de superficie y que demandará una inversión de tres mil millones de pesos.