Construir la paz social
Ex rector Uach; Director Cec
Cada paso por las calles de Valdivia, especialmente la zona central, es un aguijón humano en nuestros sentimientos de paz social y de convivencia.
Es posible teorizar y construir falsas explicaciones para el daño a una casa comercial, un banco con capitales nacionales y extranjeros, una isapre, templos, o una AFP, un supermercado, sedes de partidos políticos, tiendas. Sin embargo, estos comportamientos pueden ser solo el resultado de iras enfermizas; decisiones delictivas o de un ideologismo con escasos análisis, fines deshumanizados y la violencia como medio.
En muchos sectores de la Región de Los Ríos y del país, las justas expresiones pacíficas de protesta ante los problemas sociales y políticos, han sido superadas con creces por expresiones cegadas por la violencia y el daño a terceros.
Necesitamos pacificar nuestras relaciones y expresiones. ¿Cómo construir la paz y la convivencia?
La responsabilidad recae en el Gobierno encabezado por el Presidente de la República, alcaldes y alcaldesas, el Parlamento y los directivos nacionales de los partidos políticos y de las organizaciones sociales.
Se ha progresado en el Congreso para lograr un acuerdo democrático y participativo acerca de la necesidad de una nueva Constitución por medio de una Asamblea o una Convención Constituyente.
Se ha avanzado en la Reforma Tributaria con mayores beneficios para la clase media y las pymes, se ha logrado rebajas y mantención de los precios de remedios, electricidad, metro, sistema de Tag, contribuciones de propietarios de tercera edad. El paso del próximo plebiscito organizado por la Asociación de Municipios legitimará y respaldará el acuerdo por una nueva Constitución. A ello debe sumarse una mesa de trabajo Gobierno-Congreso-Organizaciones Sociales para incorporar caminos de solución al tema de previsión, deudas del CAE, salud y educación, etc. El pacto social.
Entre tanto, se hace muy necesario fortalecer el sentido de las expresiones pacíficas por el cambio, respetando el desenvolvimiento de la vida cotidiana de las personas: desfiles por las veredas posibilitando el tránsito de vehículos públicos y privados, uso de letreros sin ofensas y, finalmente, intercambiar saludos de afecto acogiendo la diversidad.
Carlos
Amtmann