Durante casi un mes hemos vivido momentos complejos como sociedad, donde observamos conmocionados como la violencia, en muchas oportunidades, ha ido opacando las demandas sociales que miles de chilenos han planteado de manera pacífica en distintas manifestaciones. Frente a esta realidad de mucha destrucción y violencia, que todos condenamos, resulta fundamental y esencial reencontrarnos con el diálogo y la conversación sobre aquello que nos duele y nos afecta como personas, entendiendo que en esta crisis quizá lo más difícil de lograr es ese encuentro con aquel que piensa distinto.
Desde dicha perspectiva, el acuerdo conseguido la madrugada de este viernes, resulta un símbolo que va mucho más allá del tema constitucional, hace referencia a un encuentro dialogante entre distintos actores que decidieron dar un paso y acercar posiciones, que en muchas oportunidades son antagónicas, y llenar de contenido a palabras como democracia y política.
Sin duda, muchos cuestionarán los aspectos del acuerdo y están en su derecho a discrepar. Pero nadie podrá discutir, el esfuerzo realizado por los distintos actores que trabajaron en la búsqueda de un acuerdo que nos permita avanzar y encontrar una salida a esta crisis social, que tiene entre sus múltiples demandas el tema constitucional.
Ahora es el momento, y de manera paralela, de continuar atendiendo las demandas sociales y tal como lo ha señalado el Presidente "avanzar hacia un gran acuerdo social que permita atender con rapidez, eficacia, y responsabilidad los problemas que aquejan a los chilenos".
En este sentido, es necesaria la tramitación de proyectos de ley que se encuentran en el Congreso. Hay actualmente una Agenda Social, y lo más importante está la voluntad del gobierno para recibir indicaciones y propuestas de todos los sectores, que aborden estos temas en el más breve plazo.
Los próximos meses serán difíciles para nuestro país. Sin embargo, creo que como sociedad estamos dando pasos en el sentido correcto respecto al futuro que queremos construir entre todos, y el cual lo estamos cimentando con diálogo, respeto y amor por la patria.
Estas señales positivas ya han tenido efectos en materia económica. No obstante, habrá mucho que reconstruir, y sin ir más lejos, debemos observar nuestra propia ciudad y los graves efectos provocados sobre el comercio local, el empleo, y la calidad de vida de todos los valdivianos.
Laura Bertolotto Navarrete
Rectora Santo Tomás Valdivia