Reajuste
Los asalariados públicos y algunos diputados de izquierda rechazaron la idea de legislar sobre reajuste salarial en el sector público: ¿la razón? el Gobierno debe mejorar su oferta y hacer crecer más los sueldos de sus empleados.
El aumento propuesto por el Gobierno y apoyado por 10 gremios propone un 2,8 por ciento no obstante, se insiste en que no es justo.
Según la última Encuesta Suplementaria de Ingresos-difundida por el INE- entre octubre y noviembre de 2019, el ingreso medio de un empleado público es un 71% mayor al de los trabajadores privados. Es decir, si un empleado privado gana en promedio 586 mil pesos, en el sector público alcanzaría los 824 mil pesos.
Y tienen toda la razón, el reajuste no es justo, pero no para ellos sino para todos los chilenos que pagamos sus sueldos.
Soledad Rodríguez
Identidad nacional
Al igual que muchos de los países limítrofes a Chile, el Estado ha sido el eje formador e impulsor de una visión cultural e identitaria uniforme acerca del país. El problema con esto radica en que en el caso chileno nuestra identidad por mucho tiempo se arrastró hacía la versión oficialista de nuestra cultura, una versión exaltadora de sucesos de poca consistencia, (principalmente hitos marciales) y en muchos casos dirigida por la ideología política de turno, generando así una identidad carente de espesor cultural en sus rasgos oficiales y en gran parte de su historia.
Tomando esto como base, la concepción generalizada que se tiene acerca de la unión e identidad nacional gestada desde los anales de la vida republicana, con la excepción de un corto periodo a mediados del siglo XX, es realmente vaga y superflua, pues las autoridades gestoras de nuestra identidad han tomado en distintas etapas una suerte de europeización cultural, dejando por más de 200 años de lado el enriquecimiento y canonización de la producción de elementos culturales autóctonos, causando una débil identificación con "la chilenidad".
Esto explica el alto número de monumentos y memoriales que han sido desalojados por parte de la ciudadanía desde el inicio del estallido social, pues ni la mujer ni el hombre común se sienten realmente representados por figuras como Pedro de Valdivia o el general Manuel Baquedano, individuos que, por ejemplo; en ambos casos tuvieron participación directa en conflictos en los cuales se reprimió al pueblo mapuche.
Los individuos comunes y silvestres han sido por años educados en sus establecimientos pedagógicos por el Estado como chilenos, se les ha presionado para aprender a bailar cueca una vez al año, y en periodos más oscuros de nuestra historia, idolatrar en su mayoría a varones, héroes guerreros de algún conflicto bélico del siglo XIX quienes en su momento se enfrentaron al enemigo común de turno.
Es nuestra chance de rescatar y valorar a nuestros pueblos originarios, la cultura mestiza gestada desde la colonia y las nociones adquiridas por dos siglos de migraciones provenientes de las más lejanas latitudes de manera equitativa, distendida y no forzada, olvidado el enaltecimiento selectivo de ciertas integridades provenientes del viejo continente.
Aprovechemos la unión, y que muchos hemos hecho desaparecer las políticas individualistas del metro cuadrado, para que de aquí a un futuro no muy lejano sobre los pedestales vacíos que dejaron los otrora victoriosos se alcen figuras de la indígena olvidada, del humilde canino con su pañuelo al cuello, de los estudiantes que lucharon por una vida mejor, entes los cuales su guerra sea realmente significativa, ejemplos dignos de ser recordados e idolatrados, fechas que de verdad nos hagan sentir chilenos y no tan solo días que recuerden el supuesto valor de nuestra soberanía territorial, etc.
Juan Carlos Álvarez
O'Higgins, el legislador
En los tiempos actuales, difícilmente volvemos la vista para conocer los orígenes de actividades que nos parecen rutinarias, independientemente de su importancia. Pocos se acuerdan que el Primer Congreso Nacional inició sus funciones en el año 1811, a instancias de connotados patriotas, entre ellos O'Higgins, que presionaron para que ello ocurriera.
El prócer fue elegido para ser diputado del Primer Congreso, por Los Ángeles, cuyos vecinos confiaban en él para desempeñar el cargo. Para muchos historiadores, nuestro Padre de la Patria era a inicios del funcionamiento del poder legislativo, sino el más culto, uno de los más cultos de sus integrantes, ya que conocía la realidad europea, en especial la inglesa, producto de haber vivido y educado en dicho país.
Para Bernardo no cabía duda que la tarea sería difícil, ya que no existían ni conocimientos, ni práctica para llevarla a cabo, pero como el mismo decía, era necesario iniciar sus funciones aprendiendo, aunque ello implicara errores. Iniciadas las sesiones del Congreso, fue nuestro prócer quien instruyó a los parlamentarios sobre la forma en que debían realizar sus funciones, lo demás es historia.
Antonio Yakcich