Cientos de personas dieron el adiós a popular personaje del Terminal de Buses de Valdivia
DEFUNCIÓN. Luis Zenovich Urra estuvo hospitalizado una semana en la UCI y falleció de un infarto cerebral.
En el Cementerio Municipal N° 1 de Valdivia se realizó ayer el funeral de Luis Zenovich Urrea (59), popular personaje del Terminal de Buses de Valdivia, quien falleció la tarde del sábado luego de estar una semana en la UCI del Hospital Regional de Valdivia, producto de un infarto cerebral por un alza de presión.
"Luchito", como lo recuerdan sus cercanos, pasó más de 40 años trabajando de apoyo en el terminal, colaborando con las tareas de los auxiliares de buses y ayudando en lo que fuese necesario.
"Luis llegó a los 12 años al terminal, luego del fallecimiento de nuestros abuelos y nunca más salió de ahí. Disfrutaba conversando con la gente, ayudaba a recoger la basura y alegraba a los demás. Mi hermano fue un personaje muy querido y eso queda demostrado en la gran cantidad de personas que vino a acompañarnos", dijo su hermana, Ivonne.
Zenovich además era evangélico y viajaba con frecuencia por la Región de Los Ríos para asistir a diversos cultos. Eso viajes, en su mayoría, eran por gentileza de sus amigos choferes de distintas líneas de buses. Incluso una vez fue hasta Concepción.
El velorio de Zenovich fue el fin de semana en la Funeraria Los Laureles, institución a la cual su hermana quiso entregar un agradecimiento especial. "No puedo dejar de mencionar a la funeraria, que nos ofreció el servicio gratuito para poder velar a mi hermano con tranquilidad y en un espacio amplio, que permitió que llegaran autoridades y sus más cercanos. Realmente, todas estas muestras de cariño nos tienen conmocionados. Sé que mi hermano está en paz y agradecido de tanta bondad", recalcó Ivonne Zenovich.
Hicieron recorrido por el terminal
A las 15 horas salió la carroza fúnebre con destino a la Plaza de la República, para continuar por la costanera y entrar al Terminal de Buses de Valdivia, donde Luis Zenovich trabajó por más de cuatro décadas. Posterior a ello, la carroza continuó su recorrido hasta el cementerio.