Ana María Aceitón L.
El domingo 10 de febrero de 2019, un incendio destruyó por completo diez inmuebles que albergaban a 12 locales comerciales en el centro de Panguipulli. A poco menos de un año de la tragedia, la recuperación del sector ha sido con aportes públicos y privados, entre los que se cuenta financiamiento de hasta $6 millones entregado por Sercotec para la adquisición de maquinaria, productos y publicidad.
"Hemos recibido mucha ayuda de personas que no sé ni quiénes son, nos han enviado materiales, dinero, palos, cemento, planchas de zinc y gracias a ellos hemos salido adelante", dice Victoria Vera, propietaria del restorán Porvenir, que en el incendio también perdió su vivienda. Actualmente vive en una cabaña construida con aportes de la Municipalidad de Panguipulli y no tiene planes en el corto plazo de abrir nuevamente su restorán.
El siniestro se produjo en calle Martínez de Rozas. En la esquina con Pedro de Valdivia estaba el local de ropa "Todo barato".
"En ese momento llegamos primero que los bomberos, pero nunca pensamos que el incendio nos iba a afectar a nosotros. Después de 30 minutos, cuando no había agua para apagarlo empezamos a sacar las cosas, pero nunca las recuperamos porque la gente que supuestamente nos ayudaba, terminó llevándoselas", dicen Marcela Calabrano y su marido Cristian Salazar.
Ambos perdieron una inversión de $25 millones y 12 años de permanencia en el local arrendado. Pese al impacto por la pérdida, fueron los primeros en reabrir en abril. "Teníamos unos pocos ahorros para construirnos una casa y la familia de mi esposo nos ayudó. Así pudimos armarnos nuevamente con nuestras propias manos ", dice Calabrano.
Lo nuevo
Sobre el origen del incendio, se sabe que comenzó en el patio de uno de los restoranes. Ahora en Martínez de Rosas N° 480 no hay construcción. Esa fue la oportunidad que encontraron Miguel Ángel Cortés y Ariela Rothmund, quienes hace tiempo buscaban un espacio para ubicar su foodtruck "Glück", de comida rápida y café.
"Este espacio es de una inmobiliaria que no quiso construir nada y nos arrendó. Abrimos hace menos de dos meses, pero desde el año pasado buscábamos un lugar para establecernos, así que para nosotros esta fue la oportunidad y afortunadamente logramos quedarnos aquí y ya estamos armado otro bus para hacer un comedor y así atender todo el año", explica Miguel Ángel junto a Ariela.
De los cinco sitios siniestrados uno está vacío y aparentemente a la venta y otro se encuentra en plena construcción de un local de comercio chino.