Control a proyectos en la costa
Esta semana solicitaremos a la Superintendencia del Medioambiente que proyectos inmobiliarios de la costa sean ingresados al sistema de evaluación ambiental.
Si bien el SEA de Los Ríos envió nuestra solicitud a esta Superintendencia del Medio Ambiente, de igual modo haremos esta gestión para reforzar esta solicitud, dado que en los proyectos inmobiliarios que están en curso en la costa Valdiviana concurren todas las causales establecidas en la Letra H1, H2, H3,H4 del Artículo 3, del Decreto N°40 del Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental.
Hoy tenemos sectores de la costa con problemas de abastecimiento de agua para consumo familiar, tenemos graves problemas con las aguas servidas que por gravedad escurren a napas y esteros y de ahí a nuestras playas, por lo tanto, es nuestra obligación exigir a la autoridad que se evalúen los impactos que proyectos de esta naturaleza pueden generar.
Que las subdivisiones de parcelas sean hoy día de 5 mil metros cuadrados, no es ninguna garantía que en un par de años estos terrenos no sean subdivididos como una zona urbana, con todas las consecuencias que eso significaría para la población que hoy vive en el borde costero, como las que están comenzando a tener en la parte norte de la costa.
Que estos proyectos inmobiliarios se ejecuten en zona rural, donde no aplica las restricciones que establece la Ley General de Urbanismo y Construcción, no significa que sean zonas donde no aplique ninguna normativa.
Patricio Alarcón Barrientos Presidente Directorio Consejo de Desarrollo de la Costa
Triste pero cierto
La Cámara confirma el receso legislativo en medio de la mayor crisis institucional desde 1973. Comenzado el estallido solo han logrado 10 proyectos de Ley de los cuales ninguno apunta a los temas de fondo y no se han bajado el sueldo.
Queda claro dónde está el problema : en Valparaíso.
Aunque claro, aun se creen parte de la solución porque no quieren perder pan ni pedazo.
Rodrigo Soto Vargas Constructor Civil Uach
Una actividad política
Hace más de 40 años que la ciencia ha ido acumulando una importante evidencia respecto de las amenazas inmediatas a nuestra forma de vida. El cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación de nuestros ecosistemas no están en duda a nivel científico. Esta evidencia apunta a una pérdida de la estabilidad social, económica y política debido a la crisis ambiental más grave que ha conocido la humanidad. Lo anterior, no solo en Chile, sino que en el mundo, la sociedad civil ha comenzado a tomar conciencia, informarse y comprender lo que el sector político aún parece no asumir. Sin embargo, conservar hoy es político. Los presupuestos para proteger nuestra biodiversidad dependen exclusivamente de una decisión política. Existen los conocimientos, la experiencia y profesionales calificados en Ministerio del Medio Ambiente y la Conaf. No obstante, estos se ven atrapados en escuetos presupuestos y marcos regulatorios débiles que no permiten cumplir con las necesidades que exige la sociedad.
Conocido es el caso del Servicio de Biodiversidad que se discute en el parlamento desde hace 10 años, así como también la ley y reglamento de áreas protegidas privadas, la cual, simplemente, no existe. Las organizaciones civiles han aportado de manera decisiva a nivel de concientización, pero no se ha logrado avanzar en un punto clave para lograr la conservación del medio ambiente, porque los permisos para la instalación de grandes empresas contaminantes terminan decidiéndose en una comisión compuesta absolutamente por políticos. A lo cual se suma que los reglamentos que permiten, o no, la instalación de faenas, la extracción de agua, la emisión de contaminantes, no son más que una serie de normativas decididas a nivel de poderes políticos. La batalla ambiental hoy se gana en un solo lugar: las urnas. Asimismo, el uso del plástico, combustibles, la experimentación irresponsable con glaciares, el desincentivo al uso de la bicicleta o la cantidad de educación ambiental que reciba una persona son decisiones donde no participan los científicos de manera directa ni tampoco la sociedad civil, sino decisiones que se toman a nivel de poder Ejecutivo y poder Legislativo. Estamos en el momento clave donde la sociedad civil tiene el poder y el deber de buscar las formas definitivas para proteger el medio ambiente y eso pasa por exigir programas de gobierno, de todo nivel que modifiquen las leyes actuales que propongan reglamentos que nos permitan contar con un sistema de políticas públicas basadas en la evidencia.
Pablo Rebolledo Dujisin Director Carrera de Ecoturismo Universidad Andrés Bello
Ferias Libres
Las Ferias Libres, un callejón de tiendas, con sutiles pinceladas de colores, aromas y sabores; rememorando a Macondo. Detrás de cada escaparate,encontraremos un agitado enjambre de esforzados hombres y mujeres. Son ciudadanos empeñosos, desinteresados, solidarios, sociables. Visitarlos es un baño espiritual, que recomiendo a los estudiantes de filosofía y sociología.
Luis Omar Sepúlveda Navarro doncoyosepulveda@gmail.com