Hilda Nordmann
Ha partido Hilda Nordmann, una mujer de pelo cano y de menuda figura, pero con un caminar caracterizado por su tranco ágil y seguro.
Sin embargo, detrás de esa menuda imagen se escondían grandes historias de las cuales quizá la más conocida se vincula al 22 de mayo de 1960. No es un relato cualquiera puesto que ella se encontraba a bordo del vapor Carlos Haverbeck, aquel triste día de mayo, cuando comenzó el cataclismo que cambió la vida de nuestra ciudad, así como del puerto de Corral. De eso hace ya 60 años.
Escuchemos a Hilda en el relato que ella preparó y narró tantas veces sobre aquel día: "(…) Cientos de embarcaciones, casas, techos y restos de los muelles flotaban sobre el agua de la bahía. El mar había sacado las casas desde sus cimientos. Las aguas se recogían para volver con olas negras y más fuertes, arrasando con todo lo que iba quedando en la parte baja de Corral. Nuestro vapor era levantado hasta lo alto de esas paredes negras de agua embravecida, luego lo tomaban y jugaban con él como si hubiese sido una cáscara de nuez. (…) el cuadro era aterrador el mar se veía cubierto de una alfombra de escombros (…). Alrededor de las 20:45 horas, el telegrafista radiaba nuestro último mensaje de auxilio y todos los puertos que aún estaban en contacto con nosotros contestaron el llamado, pero por más que se escuchaba nuestro desesperado S.O.S. ¿quién nos hubiera podido sacar de este infierno?" Sin embargo, Hilda debió enfrentar otras situaciones complejas como, por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial. En julio de 1937 acompañó a su padre a visitar a la familia paterna a quien ella no conocía. Un viaje de semanas se transformó en años para ella puesto que no quiso retornar a Chile junto a su padre. Nunca se imaginaron que la guerra los mantendría muchos años separados específicamente, 10 años y 7 meses puesto que tras la finalización de ésta debió enfrentar la ocupación soviética.
Esto sin duda la marcó especialmente, en la valoración de cada momento que la vida nos ofrece, así como de la amistad lo que vivenció en nuestra ciudad, al ser parte del Club de excursionismo Rangers el que le permitió realizar actividades en torno a la naturaleza. Así en su bicicleta no sólo recorría las calles de la ciudad sino también sus alrededores. Desde Guacamayo, pasando por Angachilla para llegar a Picarte, cuando ello era aún zona rural, era su recorrido habitual.
Conversar con Hilda no sólo era acercarse un poco a lo que ella había vivido. Su voz suave, su mirada y sonrisa sincera daban cuenta de una mujer de férreos principios y de un correcto actuar, así como también, de una valentía como quizás pocas veces podemos apreciar. Ello es lo que quienes fueron sus amigos recordarán por siempre.
Lorena Liewald Directora Pedagogía USS
Una fotografía de la Tierra
Entre tantas noticias, de todos los tipos, que nos mantienen atentos, pasó el aniversario número 30 de una foto que mostraba a la Tierra, si a nuestra tierra, vista desde una distancia de 6.000 millones de kilómetros, tomada por la nave espacial Voyager 1, el 14 de febrero de 1990, en la que la muestra como "un punto azul pálido", en medio de la inmensidad del universo, y es verdad, literalmente somos un punto.
El astrónomo estadounidense Carl Sagan (1934-1996) describió está imagen de nuestro planeta como "Una mota de polvo suspendida en un rayo de sol", no podría haberlo dicho mejor...
Luis Enrique Soler Milla lsolermilla@yahoo.es
¿Competitivos?
Soy parte del Club de Running Team Killer de Valdivia y quisiera compartir una reflexión sobre la competitividad, que muchas veces se confunde con la rivalidad, el individualismo, el ego y el egoísmo, aspectos donde encontraremos poco y nada de positivo para un crecimiento deportivo verdadero.
Para nosotros, como club. la competencia es también una búsqueda de mejoría, no necesariamente por sobre los demás, es principalmente materializar la voluntad de superarse a sí mismo, con todas las dificultades que ello lleva consigo. Puede incluso escucharse simple, pero tan solo la decisión o la constancia para un día comenzar, puede tardar años o simplemente nunca llegar. Hay que ser muy valientes, para pararse y decir que mañana seré mejor.
Para ese objetivo destinamos tiempo, nos privamos de cosas y acciones que podrían parecer divertidas o más fáciles, pero que también son contraproducentes para nuestros objetivos. Aunque estos no fuesen ambiciosos o gigantes, cualquier mejora, por pequeña que sea, nos va a costar algo de nosotros y a veces incluso, algo de quienes nos rodean: una cuota de sacrificio, disciplina, método y regularidad, decisión y también mucha voluntad.
Este es un tesoro que acompaña a diario como testigo silencioso a quienes han optado por superarse, en el respeto y la humildad frente a ese valor, a esos cambios y a la frase "lo voy a intentar". Ese es el concepto que sí nos identifica y el néctar de la genuina competencia.
Porque no hay limitaciones para ese impulso, invitamos a todas las personas que quieran a entrenar, running o cualquier otro deporte, todos y todas pueden sumarse. Porque somos corredores, te invitamos a vivir esta experiencia, en los más bellos paisajes del sur, porque somos valdivianos.
Sebastián Rojas Club de Running Team Killer