Claudia Muñoz David
Paula Mancilla tiene 21 años y es estudiante de Ingeniería Civil en Informática en la Universidad Austral de Chile. Pero además de ir a clases, hacer tareas y rendir pruebas, como cualquier otro alumno, está involucrada en el desarrollo de una idea pionera, un proyecto que fue elegido entre los mejores por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
Se encuentra trabajando en la creación de un dispositivo sensorial con el que busca solucionar uno de los principales problemas de los criadores de ovejas, los constantes ataques a sus rebaños por parte de perros asilvestrados y pumas.
Y es un problema grave, ya que según una encuesta de ganado ovino realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en 2015, el 50,3% de las pérdidas en el rubro son generadas por los depredadores carnívoros. Se estima que al año mueren unas 62 mil ovejas por esta causa.
Pero ella no se enteró de este problema a través de las estadísticas, sino que mediante una conversación cotidiana con la mamá de su pololo, la médico veterinario e investigadora del Instituto de Ciencia Animal de la Uach, Claudia Letelier. "Ella trabaja con ovejas, le encantan y va a hartos campos. Me contó que había familias que tenían diez ovejitas y un día llegaba un perro o un grupo de perros y las mataban todas, por lo que perdían su trabajo. Cuando supe eso me sentí impactada", rela Paula Mancilla.
La idea
Juntas pensaron en ideas que, usando la tecnología, pudieran ayudar a los productores ovinos. Así nació el proyecto "HelpMeee" -como suena el balido- que consiste en la preparación de un prototipo de dispositivo -que puede ser un collar, arete o arnés- con el que se puedan monitorear los cambios de conducta que presentan los rebaños frente al ataque de carnívoros. "Utilizamos los datos de la tesis de magister de otra chica, quien estudió el comportamiento ovino. En ese estudio detalla cómo se comportan las ovejas cuando en un estado normal y al enfrentarse a perros. Esa tesis había sido creada con la idea de generar alguna tecnología", cuenta.
La investigación se llama "Estudio preliminar del comportamiento antidepredatorio en la oveja doméstica para el desarrollo de un método de prevención de la depredación", analiza la vigilancia del ambiente, la gregariedad, la respuesta de fuga, entre otras variables. Se observó que existen diferencias estadísticamente significativas en algunos de los comportamientos. También se constató que los ovinos presentan mayores cambios cuando están ante un canino en comparación a una situación donde no existen depredadores. "Gracias a esos datos medibles se podía hacer tecnología", agrega.
Junto con la idea, también apareció una oportunidad. La de participar en el Concurso FIA Jóvenes Innovadores, cuyo fin es apoyar iniciativas lideradas por jóvenes entre los 18 y los 30 años, que aborden problemas relevantes para el sector agrario, agroalimentario y forestal. "Escribimos el proyecto, lo mandamos y quedamos en la segunda fase. Tuvimos que ir a Santiago por dos semanas, donde tuvimos clases. Después enviamos otros papeles más y fuimos aprobados", detalla.
El dispositivo
Este dispositivo medirá el comportamiento de la oveja en tiempo real. Cuando sea detectada alguna acción extraña -como las descritas en el estudio base- se enviará un aviso a través de SMS al cuidador. "Va a estar alertando el peligro si aparece una manada de perros o un puma", explicó. Para esto se utilizan placas, sensores e inteligencia artificial, entre otros recursos.
Para desarrollar el prototipo la investigadora se adjudicó $15 millones. Después de la elaboración del dispositivo, cuya eficacia será estudiada en productores ovinos de la Agricultura Familiar Campesina de la región de Los Ríos, se evaluará su venta en empresas comerciales, agrupaciones de productores o a proyectos gubernamentales de formato productivo. Para esto, se espera que esté validado en septiembre de 2021.
Oportunidades
Paula Mancilla asegura que esta experiencia ha sido una gran oportunidad para ella. "Esto me va a dar un aprendizaje súper grande, que a veces no lo tienes en la universidad solo haciendo tareas y pruebas. Con este proyecto he aprendido que la informática es una ciencia transversal. Tú puedes relacionarte con un montón de áreas, con la medicina, la astronomía, muchos problemas pueden ser resueltos con tecnología. Para mí ha sido bueno conocer otras áreas, saber que después de conocer un problema puedo idear métodos para aportar a la solución. Y este trabajo en particular es realmente importante porque se puede ayudar a los animales, a los productores y a la economía de Chile", dice.
Y quienes también se encuentran orgullosos son sus padres, Sandra Aros y Julio Mancilla, ambos dedicados al rubro de las ventas.
Paula también ha desarrollado aplicaciones móviles enfocadas al rubro ovino. En el futuro espera poder seguir desarrollado tecnología aplicada y generando redes con profesionales de distintos ámbitos. "Se aprende mucho más rápido haciendo, hay que atreverse", explica.