Aunque regresan las clases escolares y se termina el programa de actividades veraniegas, las altas temperaturas continuarán en la región y, con ellas, se quedarán algunos riesgos sanitarios típicos de esta época y que es importante no olvidar. Uno de ellos es la posibilidad de aparición de marea roja, que haría riesgoso el consumo de productos del mar.
Ese fenómeno de produce por la presencia excesiva de microalgas en un lugar (Floración de Algas Nocivas, Fan, es el nombre correcto), lo cual favorece la producción de toxinas que envenenan a los mariscos que se nutren de ellas. Luego, ese veneno llega a los humanos que ingieren los alimentos marinos contaminados, pudiendo ser fatal, en algunos casos.
Por ello las personas jamás deben comer alimentos afectados por marea roja.
Para orientar un consumo más seguro la secretaría regional ministerial de Salud de Los Ríos realiza un monitoreo constante en zonas como Mariquina (río Lingue), Corral, Chaihuín, Caleta Huiro y también en la Feria Fluvial de Valdivia, vigilando especialmente la extracción de choros, navajuelas, choros zapato, almejas y locos.
Afortunadamente este control permanente a esos lugares da garantías de trazabilidad sobre lo que llega a la mesa, permitiendo prevenir intoxicaciones, pues los productos solamente se pueden comercializar si cumplen estándares de seguridad.
Pero esa tarea de fiscalización requiere también que la comunidad siga consejos básicos de prevención. Por ejemplo, que debe abstenerse ante la más leve sospecha de contaminación con marea roja, pues ni siquiera la cocción elimina las toxinas; que es necesario informarse sobre el origen de los mariscos y comprarlos solamente en comercio establecido.
Paralelamente recordar que no se debe consumir pescados o mariscos crudos, lo cual vale especialmente para evitar otro tipo de contagios como el del Vibrión Parahemolítico.
En este punto resulta necesario detenerse para recalcar que cocinar con limón no significa "cocer". El alimento sigue crudo, aunque pase horas remojado en ese jugo. Ese es un mito que atenta severamente contra la salud y es preciso derribarlo.