¿150 mil o 2 millones?
La estimación del número de asistentes en una multitud es extremadamente difícil de calcular. Las multitudes pueden clasificarse esencialmente en estática, donde hay un área de reunión que es el foco del evento; o móvil, donde el movimiento es parte del proceso. La base de la estimación de una multitud estática es bastante simple, en teoría. Esta se reduce al área multiplicada por la densidad de personas en una superficie determinada. El método fue presentado originalmente por el periodista del Milwaukee Journal Sentinel Herbert Jacobs en 1967, para estimar el número de estudiantes universitarios que se reunieron en la plaza de Berkeley para protestar en contra la Guerra de Vietnam. La fórmula es aproximadamente 1 persona por m2 : una multitud compacta tiene aproximadamente 2 personas por m2 y las multitudes muy densas tienen aprox. 4 por m2. Si el área de la multitud es regular, claramente delineada y visible al multiplicarla por la densidad promedio se producirá una estimación de la multitud. Pero, a menudo, el área ocupada por la multitud no será regular. Sin embargo, la fotografía es la mejor base para estimar la densidad y para estimar el área.
Si bien el método de Jacobs se aplica para estimar una multitud estática, no es el adecuado para una multitud en movimiento como una marcha. Las estimaciones de este tipo multitud son considerablemente más inciertas. Finalmente, la estimación de la multitud es bastante variable, incluso cuando se basa en imágenes fotográficas y aunque una marcha tenga una buena causa, la exageración del tamaño no debería ser considerado, ni mucho menos la subestimación en el número de participantes debiera ser políticamente motivada.
Prof. Felipe Almuna Salgado Académico Uach, Sede Pto. Montt
Nunca será un buen padre
Esta semana se dieron a conocer el caso de una niña de 4 años que se encuentra en riesgo vital después de haber sufrido agresiones por parte de su padre en Colina y el caso del niño de 11 años asesinado por su padre en Tinguiririca. Progenitores que también habían agredido a las mujeres madres.
Las mujeres madres víctimas de violencia en contexto de pareja cuando logran separarse de sus agresores buscan también proteger a sus hijos del agresor, muchas veces negándoles las visitas por miedo a que los dañe. Es en estos momentos en los que se nos vienen a la mente la interminable lista de juicios en los que las mujeres reclaman que quieren alejar a los agresores de sus hijos, y no lo logran, porque los tribunales de familia subestiman y normalizan la violencia de género, culpando a las madres por negar las visitas sin considerar los antecedentes de violencia (todo lo contrario a lo que prescribe el artículo 31 del Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica).
De esta manera las presionan a conciliar regímenes de relación directa y regular entregando a manos de sus agresores, abusadores sexuales o asesinos (todos progenitores) a los hijos e hijas en común, debido a que los tribunales disocian al agresor del padre siendo que es una misma persona que ejerce la relación de poder.
Eso es violencia institucional de género, que afecta el igualitario acceso a la justicia de las mujeres.
Daniela López Leiva AML Defensa de Mujeres
Hora de romper el chanchito
La economía chilena enfrenta una doble crisis. Primero, la crisis social y política, con sus coletazos (aún modestos) en la inversión, empleo, consumo, y la rentabilidad y solvencia de los negocios. A esto se agrega el mayor déficit público producto del aumento en el gasto público sin una equivalente contraparte impositiva, además del golpe inflacionario debido a la fuerte depreciación del peso.
Segundo, la expansión global del coronavirus, el que está afectando la producción, comercio, turismo y variados otros sectores a un nivel tal que una recesión global es inminente.
Bajo este escenario de alto riesgo económico, político y social, es preciso actuar firmemente. El mundo ya lo está haciendo. EEUU, Canadá e Inglaterra recortaron drásticamente la tasa de interés de referencia mientras que el Banco Central Europeo expandirá su política monetaria heterodoxa (compra de bonos, créditos blandos). Chile tiene menos flexibilidad al respecto porque la subida histórica del dólar está inflando los precios. Sin embargo, éste es el momento para una fuerte política fiscal. Así lo ha entendido el Fondo Monetario Internacional, que la semana pasada propuso diversas medidas de gasto público para combatir la crisis, incluyendo subsidios a los salarios y hogares, exenciones tributarias y apoyo a empresas en dificultades.
La buena noticia es que Chile, a diferencia de muchos países en el mundo, tiene los recursos soberanos para enfrentar esta crisis. Por ejemplo, a fines del 2019 el Fondo de Estabilización Económica y Social (nombre apto para la coyuntura) acumulaba 12 mil millones de dólares, aproximadamente un 4% del PIB. Dado que casi la mitad de dicho fondo está en dólares, su uso puede además ayudar a revertir el alza en el dólar, dando más rango de acción al Banco Central. Si bien un potente y bien diseñado paquete de apoyo a la economía nacional no es la panacea a los problemas estructurales y coyunturales de la economía, el riesgo de la inacción es ciertamente aún mayor.
Dr. Luis Valenzuela Académico Facea Uach